Ahora es un hombre de pocas palabras, con mucho fútbol en sus pies, “dice lo más importante”, sostiene la madre.
Mientras hablan de Edder Delgado, a sus dos viejos se les nota el orgullo de que su hijo tenga una oportunidad de llegar a Brasil.
“Le rogamos a Dios que nuestro sueño se cumpliera, él se lo merecía”, suspira su madre.
Llegar a este momento, para el “Camello” o el “Curvi”, como le dicen en Santiago, no fue fácil.
Desde trabajos en la finca bananera hasta levantarse a las 4:00 am para tomar un autobús fueron parte de la formación de un jugador que sus conocidos lo califican como “humilde, todo mundo lo quiere por eso”, nos cuenta un amigo de infancia.
TÍMIDO
Don Jorge acepta que en parte la personalidad del “Curvi” es una herencia. “Todos son así, pero más él, aunque últimamente se ha despertado”, nos cuenta en un lenguaje coloquial.
Otra de las cosas destacadas en el quinto hijo de la familia Delgado, es que no tiene ningún vicio, solo la pelota, como todos sus hermanos, pues nació en una familia de futbolistas.
Doña Elsa tiene recortes del periódico donde aparece el “Camello” cerca de la Virgen de Guadalupe, le agradece por la oportunidad que tiene su hijo, aunque tiene claro que todavía no es definitivo.
“Ha sido un sueño para nosotros”, concluye la mamá del jugador del Real España.
