La Selección

El comandante Jorge Luis Pinto no perdona ni a sus hijos

El nuevo DT de Honduras asegura que nunca se ha ido de un lugar por incapaz o deshonesto. Es estudioso, polémico, frontal y trabajador.

2014-12-17

La rectitud de Jorge Luis Pinto inició en su casa. Su padre lo comenzó a moldear desde temprana edad y eso fue clave para convertirse en la persona y profesional que es.

Su manera de ser como entrenador, no es una cuestión echada a la suerte. Fue formado sin descuidar ningún detalle.

“En el examen final, previo a la graduación de bachiller, las niñas del colegio, entre las que estaba mi entonces novia, le sacaron las respuestas al rector, pero mi papá, que era el presidente de la asociación de padres de familia me dijo, ‘usted me llega a la casa con ese diploma lleno de trampas y se lo rompo en la cara’”, cuenta el mismo Pinto.

El colombiano, segundo de ocho hermanos -cuatro mujeres- no había aterrizado en la pubertad y ya tenía resuelto su temperamento.

Ese mismo por el que se ha hecho famoso en el mundo del fútbol. Ese que le ha trazado el camino exitoso en su carrera sentando en los banquillos técnicos.

Pinto es casi como un comandante, aunque él asegura que no es para tanto.

Todo mundo cree que soy mal geniado y no es así. Al que le tengo que decir sí, le digo sí. Odio la mentira, tengo corazón, soy un hombre que siente”, comenta mientras suelta una sonrisa.

“Pregúntenle a los jugadores serios, pero a todos, no a uno o dos que salen molestos de los equipos”, lanza.

Nació en San Gil, municipio ubicado a 96 kilómetros de Bucaramanga, con una población aproximada a los 45,000 habitantes y una temperatura promedio de 24º C, un 16 de diciembre de 1952, Jorge Luis Pinto Afanador y en ese apacible lugar quisiera habitar.

Foto: Diez

Sus polémicas por culpa de ese fuerte carácter forman una larga lista, como la reciente en Costa Rica, tras el Mundial, que desató una locura en el país vecino.

Y es que de la manera de ser de Pinto no se salva nadie, ni sus hijos, quienes han tenido que sufrir y gozar en buena parte de su carrera.

Como cuando fue entrenador de Colombia y tuvo que retirar a uno de sus hijos de la escuela porque los molestaban mucho.

“A mis hijos los han golpeado mucho. A uno de ellos tuve que sacarlo del colegio porque lo molestaban mucho tras mi salida del cuerpo técnico de la selección colombiana. Luego él se enojaba mucho y venían los problemas.

Cuenta el mismo Pinto que una vez fue demasiado duro con otro de sus hijos, a quien le gustaba el fútbol y tenía buenas condiciones.

“A mi hijo le dije una cosa muy dura, pero muy franca, él jugaba bien al fútbol, le gustaba y soñaba con jugar y lo apoyé. Un día me lo quise llevar a entrenar con la selección de Colombia, íbamos para Tokio y le dije, ‘papi, entrenamos a las 6:00 am en el Campín, solo había 10 jugadores, llegue al entrenamiento y lo meto con todo el equipo”.

Y siguió: “Al otro día no llegó y le pregunté ¿papi, qué pasó? Comenzó a excusarse, que me quedé, que no me trajeron y no sé qué. Y yo le dije ‘No papi, hay 20 millones de colombianos que quieren entrenar con la Selección, no friegue más con el fútbol. No vuelva a molestar con eso, no es para usted”.

AMENAZAS DE MUERTE
La carrera de Pinto ha sido dura. Él mismo reconoce que le ha tocado sufrir mucho, incluso, hasta amenazas a muerte.

“Me llamaron una noche, y lo tengo grabado, me dijeron al teléfono que me iban a matar. Era un momento difícil para Colombia y el fútbol. Yo le dije a esa persona ‘pues va a tener que matar hijueputa. Y siga hablando que estoy grabando’”, relató en una entrevista tras la Copa del Mundo de Brasil.

Foto: Diez

• El seleccionador durante la presentación de su sitio oficial: www.jorgeluispinto.com

Su temperamento es tan fuerte que nada, o casi nada lo ha derribado.

“No soy perfecto, si lo fuera estaría en el Vaticano al lado del Papa Francisco, del futbolero”, comentó.

Se necesitan miles de hojas para llenar con la vida de Jorge Luis Pinto. El hombre que tomará las riendas de la Bicolor es una cajita de sorpresas y debemos estar listos para todo, una vez que eche a andar su proceso.

PATEÓ UNA PELOTA Y SE MONTÓ A UN CABALLO
Jorge Luis Pinto cuenta que cuando nació, cree que lo primero que hizo fueron dos cosas: patear una pelota y montarse a un caballo.

Es normal ver al nuevo técnico de la Bicolor, en su natal San Gil, montando a caballo, jugando a los bolos sangileños y disfrutando de la naturaleza. “Los caballos son mi otra pasión”, ha dicho el hombre que también disfruta de hablar de política.

Foto: Diez

EL LABORATORIO DONDE PINTO ES MUY FELIZ
En cada lugar donde vive y labora, Pinto monta su laboratorio de trabajo. Es vital que tenga su buen televisor, un reproductor de videos, sus documentos, libros y archivos que necesita revisar para planear cada unidad de entrenamiento o cada partido.

“Antes del partido contra Italia en el Mundial, revisé entre 15 o 20 videos. Sabía todo de los italianos”, cuenta.

LO QUE PIDE ES LEALTAD Y QUE CORRAN
Pese a la carátula que tiene Pinto de ser un tipo complicado para relacionarse con él, el mismo entrenador dice que en sus planteles: “El único que tiene problemas con Pinto, es al que no le gusta trabajar. Si 10 corren, por qué no van a correr los 11 y normalmente el que sale a hablar es el que está en el banco”.

SU MENTOR FUE EL DOCTOR GABRIEL OCHOA
Gabriel Ochoa, el técnico más laureado en el fútbol colombiano, fue el hombre que marcó la vida de Pinto. “El doctor Gabriel Ocho dirigía a Millonarios desde la tribuna, y yo duré casi un año ubicándome detrás de él, sin que él lo supiera, para mirar qué órdenes le enviaba a Jaime Arroyabe, quien estaba en el banco. Me marcó mi carrera”, cuenta.

“El fútbol es sinónimo de lo inesperado, es arte”
Este es uno de muchos conceptos que ha pregonado Pinto sobre este juego. Dice que los futbolistas son artistas con sus pies, algo que no es fácil.

Cada palabra de Jorge Luis Pinto es profunda. Muy profunda. Tiene su manera de ver el fútbol y por eso es muy respetado en el mundo.

“El fútbol es sinónimo de lo inesperado, caótico no puede ser porque nos da alegría. Es atractivo. El fútbol es arte, así como el pintor crea con sus manos, el futbolista lo hace con sus pies y eso es más difícil. Es pasión”, dice Pinto.

Y añade: “Como dijo Allende, un gol es la máxima expresión de la felicidad”. “En el fútbol hay que hacer feliz a los jugadores, entrenadores, afición, periodistas y a los directivos.

Es un entrenador hecho en la academia
Jorge Luis Pinto no fue jugador profesional y se tuvo que formar como entrenador en las aulas. Se preparó en la Universidad del Deporte de Colonia, Alemania.

El técnico colombiano es un tipo estudioso de pies a cabeza. Para ser entrenador, tuvo que pasar un proceso largo, pero su consagración fue haberse formado en la Universidad del Deporte en Colonia, Alemania.

Foto: Diez

Pinto es un tipo muy estudioso.

“Soy un académico. No fui futbolista profesional, apenas jugué a nivel amateur. Soy de la universidad, de tres universidades (Colombia, Brasil y Alemania).

El hit de todo fue haber estudiado en la Universidad del Deporte de Colonia. Ahí aprendí todo lo que sé como técnico. Pinto ha demostrado toda esa preparación a lo largo del tiempo.

“La ciencia ha evolucionado el fútbol. Por eso Alemania está avanzada. El fútbol evolucionó a través de la metodología”, dice.