La Selección

Que la maldición del 2001 en el Olímpico no se repita para Honduras

14 años después Honduras se juega otro partido importante en el estadio sampedrano.

2015-03-26

En el fútbol todo puede pasar, rezan los viejos axiomas. O como dice Chelato Uclés, 'nunca se sabe'. Cualquier frase acuña el momento que hoy está viviendo la Selección de Honduras en la víspera del partido de vuelta ante Guayana Francesa en busca del boleto a la Copa Oro.

Venimos de perder 1-3 ante esta selección que hoy está en bocas de todos y porque ha ocurrido lo impensado.

Si nos remontamos al pasado, ojo, porque Honduras ha vivido momentos amargos ante este tipo de selecciones.

Imposible borrar lo del 8 de octubre de 2001 en aquel fatídico partido que se perdió ante Trinidad y Tobago en el estadio Olímpico, sí, allí donde este domingo se juega la vida el equipo nacional que dirige Jorge Luis Pinto.

La historia negra refleja que Trinidad y Tobago sorprendió a todos al ganar a Honduras 1-0. En aquel momento dejó casi eliminado a los catrachos para el Mundial 2002, en un partido en que los locales no pudieron con un rival que tuvo la virtud de saber defenderse y vencer con solo diez hombres en la cancha tras la expulsión de Brent Rahim. Después llegamos al juego ante México donde se perdió y así se acabó todo.

Fue un partido de un solo lado, el de los hondureños, que no pudieron vencer al corpulento arquero Snaka Hislop, quien lo tapó todo y en cinco ocasiones los tubos devolvieron los disparos de los locales, una de ellas en el último minuto ante un tiro de Carlos Pavón.

Jamás se olvidará ese gol del trinitense Stern John, en un sorpresivo contragolpe, tras dejar parada a la defensa, meterse por el área grande y resolver con un sólido zapatazo que superó al arquero Noel Valladares, el mismo que hoy 14 años después, sigue defendiendo la portería nacional.

Luego vinieron las cinco pelotas que se estrellaron en los tubos y los 17 lanzamientos de esquina, contra uno de Trinidad y Tobago, solamente sirvieron para las estadísticas.

Que Guayana Francesa no sea la nueva Trinidad y Tobago, recordar esta vez quizá sea un punto para levantar el ego y levantarse. Que esa maldición del 2001 en el Olímpico no se repita para Honduras.