El equipo de Jorge Luis Pinto se paró con gallardía en un patio en el que todos, absolutamente todos pensaban que iba a regresar goleada y humillada.
Los del 'Tata' Matino ganaron 1-0 con una joya espectacular de Gonzalo Higuaín, pero si de algo sirve, Honduras se trajó de suelo gaucho una victoria simbólica, moral que aviva los sentimientos de que todo puede mejorar en el futuro para la H.
Hubo orden en el mediocampo, también en defensa y lejos del gol, prevaleció un bloque que no se achicó pese a la constelación de estrellas que tenía en frente.
El primer tiempo fue totalmente dominado por Argentina, 'El Fideo' hizo de las suyas por la banda derecha nacional, se lució ante los fans albicelestes, pero le faltó en el último toque.
Beckeles hizo todo lo posible por detenerlo, se le armó un bloque en el que Acosta y Figueroa llegaron para auxiliarlo cuando lo requirió, pero lejos de esa tremenda acción, Di María no pesó, jugó más para el público.
Honduras asomaba con velocidad, Quioto, Elis y Marco Vega queriendo hacer daño, pero de forma muy distante, poco efectiva.
Llegó el minuto 31 y el trámite del juego cambió totalmente. Gonzalo Higuaín recibió una tremenda asistencia de Marcos Rojo y con un tremendo enganche para la izquierda, ridiculizó a Maynor Figueroa y con un toquecito de zurda globeó el balón para vencer a Donis Escober, quien minutos después salvó de forma milagrosa el segundo tanto gaucho con una tapada espectacular a Rojo.
Con la desventaja en el marcador nos fuimos al descanso. ¡La sacamos barata!
Ya en el complemento, la historia y trámite del juego no cambió. Honduras aguantaba, Argentina atacaba y no pasaba a más.
Messi dirigía la orquesta albiceleste, pero él y compañía se encontraron a un Donis Escober agrandado, que paró todo lo que pudo.
Elis tuvo el empate al minuto 49, pero cuando estaba frente al arco de Romero disparó totalmente por encima de la portería. ¡La dejamos ir!
De ahí en adelante, todo fue parejo, el equipo de Martino buscó encarecidamente el 2-0, pero Donis lo impidió. Higuaín, Rojo y cualquiera que rematara se encontraba con el meta olimpista, quien como un gato panza arriba se lució a lo grande en el Bicentenario.
Lo malo del juego, se dio al minuto 58, cuando Messi salió lesionado por un tremendo, pero accidental golpe con la rodilla de Oliver Morazán, que en su intento de esquivarlo, lo mandó a las duchas.
