Arenas sol tiene palabras positivas cuando se le pregunta sobre cómo ha sido su día a día en el país desde su reciente arribo: 'Muy especial la gente, siempre preocupada por el bienestar de uno; han sido muy amables, me han recibido bien y estoy contento, el calor no me ha afectado, he trabajado en calor y frío y me adapto fácil a esta temperatura', cuenta.
Consultado por la manera en que se gestó su arribo a suelo catracho, Gilberto José indica que nunca antes 'había trabajado' con Pinto, ya que solo 'habíamos sido rivales en Colombia y siempre nos habíamos hablado, teníamos una relación de amistad, más no laboral'.
Antes de ahondar en torno a su expectativas en las cuartas Olimpiadas que la Sub-23 hondureña disputará en su historia, Gilbert confiesa que él y su hijo, José Luis, quien también es entrenador, ya tenían estipulado ir a Brasil para presenciar los Juegos: 'Es una anécdota familiar, yo iba a ir a los Juegos Olímpicos a mirar, pues es una oportunidad más cercana de tener en Sudamérica uno, que es lo máximo en deportes; habíamos comprado los pasajes con mi hijo, me tocó cambiar el mío con mi esposa y ahora nos encontraremos (los tres) en Brasil', relata con orgullo el preparador cafetero.
Su anhelo en suelo brasilero es muy ambicioso, mejorar o al menor emular lo hecho en 2012 por su compatriota Luis Fernando Suárez: 'Esperamos hacer una buena presentación y quedar en la historia de los Juegos; lo primero es clasificar y después iremos objetivo a objetivo. Estamos viendo a Portugal, Argentina y Argelia, el profe es muy juicioso con eso y nosotros tenemos unas tareas especificas de observar a algunos jugadores', comenta.
Finalmente, y como hecho sumamente atípico para las costumbres hondureñas, el hombre que unió Pinto a su cuerpo técnico en lugar de Freddy Amazo dicta de forma particular todos los apellidos que envuelven su historia familiar: 'Desde pequeñito mis padres me enseñaron a decir mis ocho apellidos de esta manera, 'Arenas-Monsalve-Santos-Pinto-Franco-Fernández-Pinilla-Sierra', esboza con una carcajada mientras se despide el encargado de poner a tono a los guerreros que nos representarán en agosto en Río, Brasil.