¿Culpables? Podemos encontrar muchos, pero ya dejemos la lloradera y pensemos en nuestra verdadera final. En nuestro 'oro' que será de bronce.
No me había terminado ni de acomodar en el palco de prensa del Maracaná y ¡pum!, primer bombazo mortal al corazón.
En un suspiro, Neymar nos vacunó gracias a que Johnny Palacios estaba pensando en 'Catalina'. Ese gol sí que dolió. Apenas a los 16 segundos del partido. Los otros cinco fueron consecuencia de esa desgracia.
NOS ASUSTÓ VER A NEYMAR TAN CERCA
Pero es que insisto, perdimos desde que los jugadores salieron al campo viendo hacia las gradas y no al terreno de juego. Nos asustó todo. La afición, lo hermoso del estadio, ver a Neymar tan cerca. No pudimos con tanto.
Nos asustaron cuando ellos entonaron su himno acompañados por casi 80 personas que pintaron de verde y amarillo el mítico Maracaná. Que ya no es tan mítico desde que fue remodelado y desde que ya no son 150 mil torcedores los que ingresan, sino un poco más de 70 mil.
Me dijo que iban a ser 7-1, como les ganó a Alemania a ellos en el Mundial de Brasil, pero en el Mineirao de Belo Horizonte. Estuvo cerca de acertar.
AHORA A PENSAR EN LOS AFRICANOS
Pero lejos de avergonzarme y de comenzar a señalar jugadores, me sentí orgulloso de ver a mi Honduras en ese estadio enfrentando a Brasil y me sentiré mucho más el sábado cuando peleemos contra Nigeria por la medalla de bronce, que para nuestro país es como un oro.
Ahora Honduras se tendrá que levantar, como lo ha hecho una y otra vez, y de peores cosas. La Bicolor jugará el sábado por el bronce y ahí estaremos siendo parte de esa historia, que esperamos termine con una medalla colgada en el cuello de cada uno de nuestros jugadores.