Liga Nacional

Rely Maradiaga: 'Muchas veces creí que no era bueno y que debía dedicarme a otra cosa'

Rely Maradiaga sostuvo una amplia charla con Limber Pérez en La Silla Eléctrica de DIEZ.

2017-05-19

Rely Maradiaga se ha ganado a pulso y talento el reconocimiento que hoy tiene, es una de las jóvenes figuras de la televisión que destaca gracias a sus reportajes de color en los diferentes estadios de Honduras.

El oriundo de Ceguaca, Santa Bárbara, se sentó en La Silla Eléctrica de Limber Pérez y respondió sin temor y con mucho aplomo cada respuesta, incluso cuando le consultó sobre cómo se ha ganado su fama sin ser tan agraciado como generalmente sucede en TV.

Rely, prácticamente te has convertido en un ejemplo de superación para casi todos.
Sí|, gracias a Dios, todo es porque Él así lo determinó, siempre le pedí, ‘poneme a los 35 años en Televicentro’, yo decía a esa edad o sea ni muy joven ni muy viejo, y el Señor me lo cumplió con 15 años de anticipación; entonces, cuando ese tipo de cosas ocurren vos te das cuenta que hay una mano más grande.

¿Esto jamás fue una casualidad, sino una visión de tu parte?
Desde que era niño siempre quise estar en Televicentro. Lo pensé, lo analicé y gracias a Dios me pagan por hacer lo que siempre quise, me pagan por trabajar donde siempre aspiré; entonces, soy un bendecido, soy un afortunado por hacer lo que me gusta, donde quiero y donde quise.

¿Te acordás de alguna época de tu niñez cuando llegabas a la escuela y narrabas los partidos o estabas involucrado en las potras o vos hacías la diferencia?
Mirá, yo siempre fui un mal jugador de fútbol, muy malo, y en las potras de la escuela era la misma historia, pues los compañeros me decían: ‘Rely, por qué en vez de jugar no narrás’, porque en realidad era nefasto con la pelota, nunca tuve el talento ni la gracia de otros como vos, yo no. El primero que me lo dijo, una vez fue a verme jugar y cuando yo esperaba su evaluación, me respondió: ‘Mire hijo, yo lo adoro, pero quiero decirle algo, yo le voy a comprar calzonetas, chimpas, tacos, todo lo que usted quiera por el resto de su vida, pero usted nunca va a ser futbolista porque no tiene el talento para serlo’, y cuando comencé a aceptar que no estaba para jugar, empecé a apasionarme por contar historias de fútbol, que es narrarlo, que es sentirlo, que es vivirlo.

¿Qué tanta es la pasión?
Tremenda. Yo estuve en sol toda la eliminatoria de Sudáfrica 2010, yo la viví en el estadio Olímpico desde el primero hasta el último partido, por la sencilla razón de que yo sentí lo que el aficionado sentía en ese momento.

¿Tu carrera ha sido sacrificada para llegar donde estás en este momento?
Me ha costado, comencé a trabajar a los 11 años, nunca dejé de hacerlo desde entonces, no recuerdo un mes en mi vida donde no haya estado laborando, hace dos noches estaba sacando esa cuenta de que pasé de un trabajo a otro, de una radio a otra, de un canal a otro y nunca dejé de trabajar, me ha costado, he sufrido, he llorado, he aguantado hambre, no me da pena decirlo, pero he sido un necio para intentarlo, un necio para desmayar, un necio para seguir soñando. Aunque mucha gente te diga que los sueños no se pueden cumplir, aunque mucha gente te asegure que no es posible, yo siempre digo: ‘Al menos lo voy a intentar’. Mi papá tenía una frase, decía: ‘Siempre tirale una piedra a una estrella, aunque sea un mango te vas a bajar’.

Cuando hablas de trabajo, según tengo entendido, ¿también te subías a los buses a ver qué vendías a la gente que viajaba en ellos?
Me tocó acompañar a mi mamá, ella ha vendido de todo, siempre tuvo ese afán por el comercio, yo junto con mi madre vendía tamales, pan, pastelitos, sobre todo pastelitos que por tres años los vendí, yo me encargaba de echarles el chimol, o sea mi mamá ponía los pastelitos y yo andaba con una ollita llena de chimol para echárselo a los clientes. Ella me enseñó el valor del trabajo, si un día dejo de laborar en esto no tendría problemas en salir a la calle y vender pastelitos para mantener a mi familia, no me limita, no me limito a soñar en algún día hacerlo.

Foto: Diez

Una imagen de la infancia de Rely Maradiaga convertido en una figura importante en Televicentro.

Cuando decís esos momentos de tanto trabajo, que hasta hambre tuviste que aguantar. ¿A qué te referías?
Cuando me vine de Siguatepeque, yo en ese lugar estaba bien, tenía mi programa, era conocido por la gente, les agradaba, pero un día me encontré a Juan Carlos Pineda Chacón y ahí se abrió la posibilidad de venir a Televicentro, pero antes de entrar a la corporación, yo estaba en el programa de radio Fútbol a Fondo con Juan Carlos y ahí él me ayudaba, pero era muy difícil, no conocía a nadie en Tegucigalpa, no tenía un trabajo fijo, pagaba alquiler, me traje a mi hermano para que estudiara, eso complicó más las cosas, y sí aguanté hambre varias noches, muchas noches pensé en regresarme, muchas noches me acosté y me levanté llorando, pero yo decía: ‘Dios, dame fuerza para intentarlo un día más’.

Gracias a Juan Carlos y a René Mendoza Rodríguez, que son dos personas claves y fundamentales para que yo esté en Televicentro, yo entré como asistente de producción, como una persona que estaba ahí para poder asistir, pero con muchos sueños de permanecer en el canal, ya estando en Televicentro, pues tenía la capacidad de hacer periodismo.

7Años cumplirá Rely Maradiaga de haber abandonado su natal Siguatepeque para comezar su experiencia en la cadena de TV más grande Honduras.

Antes de eso tengo entendido que buscaste trabajo en varios programas deportivos de radio y televisión. Ibas, tocabas y no salía absolutamente nada.
Exactamente, en el Diez me rechazaron, no cumplí con sus expectativas en ese momento, recuerdo que hice un intento en VTV, con Canal 11, porque había mucha relación con el canal de Siguatepeque donde yo trabajaba, en algún momento un par de oportunidades y se tocaron muchas puertas, se enviaron bastantes currículos, fue increíble. Pero la oportunidad se abrió en Fútbol a Fondo radio y luego en Televicentro con Juan Carlos Pineda Chacón, gracias a Dios me dijeron que no en otros lugares.

De tanto insistir y siempre recibir la misma respuesta. ¿Creíste que tal vez era porque no servías o porque no tenías la competencia?
Sí, muchas veces lo pensé, en muchas ocasiones dije: ‘Quizás no soy tan bueno, quizás solo son sueños, tal vez debería comenzar a trabajar en otras cosas’, muchas veces me lo planteé, pero hay un momento donde vos decís: ‘Estoy soltero y joven, puedo intentarlo, puedo aguantar hambre’, entonces, esa necedad de volverlo a intentar, esa persistencia, me tocó aprender de los fracasos, la gente no quiere fracasar, vivimos en una sociedad en que a los jóvenes les estás diciendo que tienen que sobresalir a los 21 años y es mentira, los jóvenes deben fracasar, porque de este se aprende.

¿En cierto momento sentiste que fracasaste, te rechazaron, te hicieron creer que no servías?
Sí, pero hay una fuerza de voluntad que te dice que lo volvás a intentar, hubo una entrevista de trabajo donde me hicieron ver que la camisa no era adecuada y ni siquiera me escucharon.

¿Llegaste esa vez con harapos o qué?
Yo llegué con una camiseta, me dijeron que no era la adecuada, y yo le pregunté que si me iba a escuchar, ‘no’, me dijo. ‘Tu pinta no te ayuda’, entonces a la otra entrevista me fui con una camisa bien planchadita. De cada fracaso vos vas a aprender, de cada cosa uno aprende, cuando me dijeron que no en un lado, porque estaba muy joven, en la siguiente entrevista de trabajo lo primero que hice fue decir: ‘Sabe que, estoy joven, pero deme chance’, con esto vos vas aprendiendo de cada golpe, vos vas sacando algo.

Ahí en la Corporación Televicentro, ¿cómo sentís que te recibieron y cómo creés que está tu nivel de aceptación?
Muy bien, yo siento que no le vine a quitar el puesto a nadie, lo que yo hago nadie lo hacía en Televicentro. Cuando yo entré aquí, dije: ‘Qué no hacen aquí, este tipo de reportajes, bueno, lo voy a realizar’, hice y pegó, pero no creo que nadie se sienta incómodo porque yo no vine a quitar a nadie para ponerme yo, pues construí con trabajo mi propio espacio.

Foto: Diez

Maradiaga acepta que su mudanza a Tegucigalpa fue más difícil de lo que esperaba, pero perseveró y alcanzó su sueño.

¿Te acomodaste a las exigencias del ingeniero Salvador Nasralla, dicen que como jefe es fastidioso?
Primero, a las de Juan Carlos Pineda, el fue mi primer jefe en Televicentro, porque yo entré con Fútbol a Fondo, después ingresé en todo el área de deportes. Mirá, con Salvador yo aprendí una regla, simplemente no le digás que no se puede, hacelo; con Juan Carlos es la búsqueda permanente de la excelencia, es decir, este detallito está bien, pero debo intentar mejorarlo para la próxima, él es un perfeccionista; René Mendoza, quien es mi jefe directo y la persona a la que yo más le he aprendido en la televisión, es un coach que siempre te invita a pensar en el próximo reportaje. Yo estoy en un mundo de exigencia, es como un delantero, ya metió muchos goles, pero el siguiente es el que importa. Cristiano Ronaldo lo dijo en una conferencia del Balón de Oro.

De tanto reportaje, ¿con cuál te quedás, cuál te tocó el alma?
Me tocó el de un niño, fíjate que ese informe lo presentamos cuando esto de los reportajes estaba comenzando, yo creo que ese trabajo no lo recuerdan, había un niño con hidrocefalia, cuyo sueño era conocer a Dani Turcios y fíjate qué cosas tan lindas de la vida, que simplemente se ocupó una llamada de la familia del niño para que Dani Turcios fuera a conocerlo y le entregara una camiseta y la felicidad que el pequeño recibió ese día es impagable.

No hay forma de que yo pueda agradecerle a ese niño un sueño tan simple como conocer a un jugador y gracias a Dios yo se lo pude cumplir, me quedo con eso, porque para mí no hay cosa tan sagrada y tan linda como la felicidad de un pequeño.

Mira, hacer trabajos de investigación como los que hacés, gestionar las entrevistas, a veces surgen ciertos reclamos porque al final la persona se sintió medio molesta. ¿Has pasado por eso vos?
Sí, me pasó una vez en San Pedro Sula en un reportaje de la final que Real España le ganó a Olimpia con gol de Caetano en 2010, era de los primeros reportajes y cometí el error de entrevistar a mucha gente, ya en la edición vos sacás a cinco o seis personas de las 50 que has entrevistado. Hace como dos años, es decir, cinco años después de esa final, estábamos en el aeropuerto y se acercó un señor y me dijo: ‘Usted es un mentiroso, usted me entrevistó una vez y no me sacó y yo viendo ese programa con toda mi familia’, ahí aprendí una cosa, no entrevistar a tanta gente, solo a los que van a salir, porque las personas tienen la esperanza de que van a aparecer en TV, fue una anécdota y otro aprendizaje.

¿Le apostás al extranjero, has soñado con eso, veo que sos un especialista en conseguir tus sueños?
En este momento no me vuelvo loco, veo que me tratan bien en Televicentro, ahí me siento respetado, es mi casa, el extranjero no me desespera, si llega que llegue, pero que llegue por los motivos correctos y que sea porque se ha hecho un buen trabajo, si llega qué bueno.

¿Alguna frustración, algo te hizo pensar que había que seguir, había que mejorar algo o habría que parar, has pasado por eso?
Sí, yo creo que una de las frustraciones más grandes fue no haber ido al Mundial de Brasil, yo creía que iba a ir, pero yo era el equivocado, la fila era muy larga en Televicentro y yo sigo en el último lugar, en ese momento estaba desubicado y yo aseguraba que asistiría a Brasil.

¿Confiaste tanto en tu capacidad, tanto en tu trabajo?
Me equivoqué, pensé que era más de lo que en ese momento era; entonces, cuando me dicen que no voy, que no estoy ni considerado, ni siquiera cerca, ese fue un momento muy duro para mí, lloré una noche entera porque yo creía que iba a estar en la lista, pero el perdido era yo.

¿Ya tenías todo listo en la imaginación, ya habías armado los escenarios?
Sí, yo me imaginaba entrevistando a Messi o a Cristiano, yo me miraba teniendo una toma exclusiva de las semifinales, yo me imaginaba muchas cosas, pero no era el tiempo, no era el momento, no estaba preparado.

Si vos te das cuenta en Honduras la televisión es para gente guapa, si sos una mujer tenés que ser bella, si sos hombre tenés que ir al gimnasio, tener cuadritos, y vos no sos tan agraciado, pero destacás en la televisión.
Mirá, estaba en la escuela, pero hubo una profesora que preguntó la clásica. ‘¿Qué van a ser ustedes cuando sean grandes?’, y yo le respondí, ‘voy a trabajar en Televicentro’, la maestra se rió y me dijo que la televisión solo es para la gente bonita, yo me fui llorando para mi casa.

Foto: Diez

No esconde su admiración y agradecimiento por René Mendoza, productor de deportes en TVC, y Juan Carlos Pineda, director del programa Fútbol a Fondo.

¿Pero te hacían sentir o creías que no eras un niño bonito?
Es que nunca he sido un niño bonito, mirá, yo no sé, pero a mí me preocupa cuando hay hombres que critican mi físico, yo no sé para qué me quieren guapo, siempre recibo mensajes de gente que critica mi cuerpo y todos son hombres, nunca una mujer me ha dicho: ‘Qué feo ese man’, todos son hombres, a mí seriamente me preocupa eso, porque es lo más raro que me ha tocado vivir.

Te termino la historia, yo me fui llorando para mi casa y mi papá me dijo una frase: ‘Vos le vas a demostrar a esa vieja cabrona y a cualquiera que te diga que no, les vas a demostrar que lo podés lograr’, y ahí estoy, sabés por qué, porque afortunadamente se quitó esa tontera de que solo gente guapa puede trabajar en tele, se acabó. La gente te ve, te escucha y te sigue por lo que vos pensás y decís, por el empaque yo he conocido a periodistas muy guapos, vos les ponés un micrófono y no sirven.

¿Eres famoso?
No.

¿Por qué decís que no si todo mundo te conoce en Honduras?
No, en Honduras hay tres famosos: Salvador Nasralla, Eduardo Maldonado y Renato Álvarez; la farándula en Honduras no existe, es una falsedad, yo voy al mall y saludo a la gente. Una vez estábamos en El Salvador y Belinda (cantante mexicana) estaba cerca de dar un concierto y en un centro comercial ella andaba comprando, la gente salía como loca para ir a verla, eso es ser un famoso, nosotros somos conocidos, somos gente querida, pero famosos de paralizar el tráfico, de ser estrellas no, yo no soy una estrella de la televisión, yo soy un tipo soñador.

¿Tenés satisfecho al público con tu trabajo?
Que lo digan ellos.

¿Sentís que tenés aceptación en el público por tu trabajo?
Sí, pero el día que me lo crea me voy a quedar en la casa durmiendo, el día que yo me crea todos los halagos y todas las críticas me voy a volver loco, yo respeto la opinión de todos, pero atiendo muy pocas.

¿Cuando estabas chavalo tenías tus pares de novias?
Sí, fui muy mujeriego.

¿Pero con ese aspecto cómo le hacías?
Qué querés que te diga, es que uno termina conquistando con el verbo, con los detalles, cuando una mujer se llega a enamorar de un hombre feo es porque es un amor muy profundo; entonces, yo fui muy noviero, parecía un colibrí picando de flor en flor, hasta que hubo una que me puso quieto, mi esposa.

¿Pero a eso le sacabas provecho, por lo de la radio y la televisión?
Sí, era locutor en Siguatepeque y salía en la tele y estaba en los eventos y cosas como esas.

Los proyectos, ¿qué se viene en los próximos días?
Te voy a dar una exclusiva que jamás lo he comentado con nadie y será la primera vez en un medio y te la voy a dar a vos, este año voy a publicar mi primer libro, es sobre historia de fútbol, una historia nuestra que al menos superficialmente todos conocemos, ya estamos en una última fase, después de escribirlo pasará a edición y espero que para finales de este año mi primer libro esté en un estante.

Foto: Diez

Aunque acepta que a quien siempre ha admirado ha sido a Salvador Nasralla, su actual jefe en TVC.

¿Ahí a qué le vas a apostar?
No pretendo hacerme millonario con el libro, simplemente quiero escribirlo, quiero probar, siento una vocecita que me dice que también tengo la capacidad de escribir y no quiero dejar de escuchar esa voz, si solo se venden 10 ejemplares, bendito sea Dios, si vendo un millón de ejemplares, bendito sea Dios. No lo voy a hacer con el afán de solo buscar dinero, lo haré por callar una voz en el corazón que me dice, escribí un libro.

¿Es tu mejor momento, has tenido mejores momentos o faltan mejores momentos?
Faltan, la mayor realización de mi vida la tuve hace 40 días cuando nació mi hijo, nada se compara, ningún logro de tele, ningún logro de nada, porque nada se compara con ver a tu niño y saber que es tuyo, que es una vida que depende de vos, que es una responsabilidad, que es la máxima realización del ser humano. Así que los mejores momentos no se viven en la pantalla, los mejores momentos son los de verdad.

¿Los momentos profesionales que has vivido han quedado opacados con el nacimiento de tu hijo?
Totalmente, no hay nada que se le compare, para mí la familia es lo más importante.

¿Qué periodista te inspiró para llegar adonde estás?
Salvador, él es la referencia más grande del periodismo deportivo, yo creo que cada niño que se dedique a esto es porque fue inspirado por Salvador, pero si te soy honesto, pongo a la par a Juan Carlos Pineda, porque siempre me pareció alguien muy mesurado para analizar el fútbol.

Internacionalmente, uno siempre se ilusiona con algún periodista, ¿quién te ha ilusionado a vos?
Christian Martinolli, lo conocí a distancia en el estadio Azteca, ellos estaban en un lugar donde nosotros no teníamos acceso, pude saludarlo y él amablemente me lo respondió, y eso es increíble, hay periodistas en Honduras que ni siquiera me han devuelto un saludo.

Una vida campechana que llevaste en aquellos tiempos. ¿Cuando llegás aquí y hacés una comparación, sentís que es más fácil salir adelante?
No, fue muy duro cuando yo vine a Tegucigalpa. En Siguatepeque la carrera de taxi más cara te cuesta 25 lempiras, aquí yo tuve que tomar un taxi desde Comayagüela hasta Televicentro, me saqué 20 lempiras y el taxista me dijo: ‘¿Verdad que usted no es de aquí? No, hermano, esto cuesta 80’. Yo miraba los edificios y decía ‘qué bonito’, a mí me daba miedo cruzar la calle, solo con eso te digo, yo venía de Siguatepeque, una ciudad muy bonita, pero totalmente diferente, una vida más calmada; yo vine hace 7 años a Tegucigalpa para cumplir un sueño, me asustó en su momento, pero no me achiqué, no me hice pichón, saqué las garritas.

Foto: Diez

Rely Maradiaga siempre destaca por sus reportajes de color e historias humanas ligadas al deporte.

Alguien me contaba que varias personas que en su momento buscaste para ver si te daban una posibilidad de periodista deportivo no lo hacían porque te miraban medio “dundón”, se dejaron llevar por el aspecto. ¿Sentiste que en algún momento actuaron de una manera discriminatoria?
Quizás no así, pero no me escuchaban, nunca he sido una persona de vestimenta muy fina, no gasto en ropa ni zapatos caros, no me interesa, tengo un buen celular porque la empresa me lo da, no porque a mí me interese, soy bien ligero de equipaje, pero en un momento comprendí que tu aspecto vale, que tu aspecto vende, que tenés que cuidarte, entonces ahí empece a mejorar, pero sí, mucha gente me miraba y ni siquiera me daba la oportunidad de escucharme.

¿Es pijiado dormir con hambre?
Es pijiado, pero no hay inspiración más grande que el hambre, cuando vos tenés hambre tus ideas fluyen y tu mente maquina, como el instinto de sobrevivir y de decir que lo voy a lograr por esta hambre te hace soñar y te hace potenciar, cuando la gente supera el momento del dolor es cuando sale adelante.

Pero cuando llegaste de Siguatepeque, ¿tenías el sándwich fijo o qué onda?
No, yo tengo que reconocer que hubo mucha gente que me ayudó: familia, amigos, la llamada del loco, 500 pesos ahí, te los mando, Juan Carlos y René me echaron la mano y así pasé de 4 a 5 meses, andábamos con el bate, listo para andar en la nuca, gracias a Dios es tiempo pasado, pero no me olvido, el día que yo me olvide que en algún momento aguanté hambre para conquistar mis sueños me jodí.

¿Creés que asistiremos a nuestro tercer mundial consecutivo?
Creo que tenemos que aspirar al repechaje, esa es nuestra vía real, pienso que se puede eliminar a Trinidad y Tobago y a Panamá, sí creo que tenemos la capacidad de superarlos, el boleto directo lo miro muy difícil. Pinto tiene que reflexionar, debe entender que tiene que ajustar su método, cualquier general ajusta su método en la batalla y yo sé que el DT quiere ir a un mundial y espero que en junio se consigan los tres puntos para llegar al repechaje y en este momento es la única vía en que se puede hacer.

¿La final de Liga Nacional entre Honduras Progreso y Motagua, cómo la ves, a qué equipo le tirás la moneda del gane?
Al Honduras Progreso, son tipos muy buenos, son decididos, son vagos con trajes de caballeros. Motagua también puede ganar; de hecho, yo creo que es el favorito, pero si el Honduras logra sacar una ventaja, será campeón, ese partido tanto para Motagua como para el Honduras es clave, esa final se puede definir en la ida como pocas veces.