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José Escalante: 'Si no les pagaba 350 mil lempiras, me mataban'

El jugador hondureño del Houston Dynamo reveló detalles de la extorsión que lo obligó a salir del país.

2016-10-11

Este cipote tenía pinta de que iba a triunfar en el fútbol hondureño, pero de repente se fue quedando en el camino.

Le hizo un gol al Milan con Olimpia, jugó un Mundial Sub-20 en Nueva Zelanda, pero luego por fuertes líos, José Escalante decidió dejar el país para salvar su vida. Ahora juega en el Houston de la MLS.

ESCALANTE HABLA DEL POR QUÉ NO TRIUNFÓ EN OLIMPIA

José, de un día para otro ya no estabas en Honduras, te fuiste de la tierra en la que naciste. ¿Por qué? Hay muchas especulaciones sobre tu caso.
Eso fue algo difícil. Creo que en ese momento yo estaba jugando con el equipo de las reservas en el Olimpia y luego me lesioné la rodilla. Tenía un problema con el ligamento colateral, debía estar un mes fuera y todo eso me tenía mal. Pero en esos días recibí unas llamadas desagradables, quiero aclarar todo eso, porque la gente piensa que tiene que ver con lo que le sucedió a Arnold Peralta, no tiene nada que ver, tampoco estoy involucrado en eso, no sé nada, se especula muchas cosas. Todo fue por dinero, recibí amenazas por plata. La gente piensa que estás en Olimpia y que ganás mucho.

¿Escalante, seguro que no tienes nada de conocimiento de lo que le pasó a Peralta?
No tengo nada que ver. Yo estaba fuera del país cuando eso ocurrió, ya había salido, nada que ver, pero la gente especula muchas cosas, piensan que tienes dinero porque juegas en el Olimpia, todo ese tema ya lo aclaré, nunca supe nada. Ahora lo que más sueño es volver y poder ver a toda mi familia.

Foto: Diez

José Escalante hasta ya debutó con el Houston Dynamo de la MLS.

¿Entonces cuál es tu caso, por qué te fuiste del país?
Como mencioné antes, comencé a recibir llamadas telefónicas de personas que no conocía pidiéndome dinero y amenazándome, me decían el lugar que me tocaba entrenar y me mencionaban a mi familia, que por cierto no estaban en Tegucigalpa, todo eso me asustó y tuve miedo en comentarlo con alguien. Creo que si lo hubiera comentado con la gente del club me hubieran ayudado, pero el temor me llevó a tomar una decisión. Aparte de eso, estaba lesionado de mi rodilla, no entrenaba con el primer equipo, todos esos factores se reunieron, no estaba pasando por un buen momento y decidí mejor salir del país, no pensaba jugar más, estaba desilusionado, después de haber jugado un mundial creí que iba a tener minutos en el equipo, todo eso fue muy difícil, pero mucho más las amenazas.

¿Qué te decían, no te parece que pudo haber sido una broma de un grupo de compañeros, de personas cercanas?
Fueron llamadas que recibí por casi 20 días, en las primeras creí que se trataba de una broma, no contestaba, luego me llegaban mensajes insultándome, ellos me decían que no era ninguna broma y me mencionaban el nombre de mi familia, creí que era alguien conocido y luego no contesté más el teléfono. Hasta que un día me dijeron que tenía 72 horas y que no estaban bromeando, volvieron a mencionarme nombres muy claves de mi familia y todo eso me dio temor.

¿Qué te decían los delincuentes, qué frases utilizaban?
Yo solo contesté el teléfono como en tres ocasiones, luego tuve mucho miedo. Llegó un momento en el que me cansé y los encaré, les dije que los conocía y no estaba solo en este mundo, lo hice para hacerles creer que no tenía miedo, aunque yo seguía creyendo que todo se trataba de una broma, luego me dijeron que sabían en dónde vivía y en dónde pasaba, y que necesitaban tanta cantidad de dinero o que les diera mi vehículo en vez de la plata.

¿Te llevaste algún susto mayor?
Un día salía del entrenamiento, iba manejando a casa, ese fue el día del tope final. De pronto se me cruzó un auto y frenó, igual lo hice yo, frené. Me asusté, creí que me iban a matar, eso fue por la colonia 21 de Octubre. Llegué a casa temblando, el miedo me mataba, a los cuatro días decidí venirme del país; cuando llegué a casa me enviaron un mensaje diciéndome que no era ninguna broma, ni que ellos eran mis amigos.

¿Cuánto dinero te pedían?
Nunca se trató de ninguna broma, ellos primero me pedían 80 mil lempiras, pensé que siempre se trataba de un mal chiste, después pasaron varios días y me dijeron que ellos sabían cuánto ganaba en el Olimpia, aseguraban que yo ganaba 90 mil lempiras mensuales.

¿Eso ganabas en el León?
No, eso era imposible, no podía ganar esa cantidad en el equipo, nunca en ese momento, con apenas 19 a 20 años, estaban locos, me decían que sabían el tiempo que yo tenía de estar en el Olimpia y aumentaron la cuenta, luego me pedían 350 mil lempiras y si no se los daba, me mataban, de dónde carajos iba a sacar esa cantidad de dinero, de lo que ganaba enviaba un porcentaje a casa, tengo un hijo y también le daba su parte, apenas me quedaba para comer y viajar a los entrenamientos. Esa cantidad era imposible de conseguir.

¿Por qué no acudiste a la Policía, debiste denunciarlos?
Tuve mucho miedo, aparte me estaban pasando muchas cosas, me agarraron en el momento justo, lesionado de mi rodilla, no jugaba en el primer equipo, estaba apartado, desde que llegó el profesor Vargas me apartó. Jugaba con las reservas y no estaba motivado, no quería seguir abajo, no tenía dinero y luego recibí amenazas de muerte. Cuando salí de Honduras en ningún momento pensé en jugar fútbol, nunca se me cruzó por la mente venir a Estados Unidos a jugar. Llegué a este país sin nada.

¿Ese día que decidiste irte para ese país, te estabas retirando del fútbol oficialmente?
Sí, claro, no pensé en venir a jugar, cómo era posible que yo jugara aquí si no lo hacía ni en Olimpia. Había perdido la ilusión.

¿Cómo resurgís, cuándo te das cuenta que podías aspirar a jugar fútbol profesional nuevamente?
Cuando se dio a conocer mi caso y la manera en que tuve que salir de Honduras, me llamaron varios abogados para arreglar mi situación legal en este país, en eso un joven que conocí en la Sub-17, estaba jugando en Portugal y se vino a Estado Unidos, me dijo que el agente de él era abogado de migración y que mi caso le interesaba, me dio el número y como a los cinco meses lo contacté, todo este tiempo no estaba jugando fútbol porque seguía lesionado de la rodilla. Cuando lo contacté hablamos solo del tema migratorio, eso era lo que me interesaba, luego me dijo que era agente y que si me interesaba el fútbol que lo llamara otra vez, no le creí, había tenido malas experiencias con varios representantes que me habían llamado estando en Honduras.

¿Qué tuviste que hacer para ganarte la vida en Estados Unidos antes de volver al fútbol?
Conocí por parte de un amigo a una persona que tenía una compañía de pintura, yo no sabía hacer nada, solo jugar fútbol, el señor me llevó a trabajar, te diré que no hacía nada, no podía hacer nada, pero al final tuve que aprender. Además, él tenía un equipo de fútbol y me dio trabajo, solo que al recuperarme de la lesión jugaría con su club, aprendí a pintar, no había de otra. Trabajaba muchas horas, una vida muy difícil.

¿Extrañaste la vida de futbolista que tenías en Honduras?
Claro y ahí sí pensaba en volver. Miraba los partidos del Olimpia porque siempre los seguí, me ponía a llorar, recuerdo un partido contra el Vancouver, el equipo ya estaba eliminado y jugaron varios jóvenes que habían estado conmigo en reservas, ese día lloré, sabía que podía estar entre ellos. Me preguntaba cómo es posible que la vida me cambió en un abrir y cerrar de ojos.

Aún tienes contrato con el Olimpia, ¿si no se llegara a un acuerdo para que sigas jugando en la MLS, volverás a Honduras?
Sí, claro que tengo un contrato con el Olimpia, pero no volvería, es mi vida, no existe ninguna posibilidad de que yo regrese al país, prefiero quedarme acá, es muy difícil, pero es por seguridad, han pasado muchas cosas, la gente ha especulado mucho, prefiero quedarme aquí, tendrá que llegar a un arreglo el equipo, primero mi seguridad porque la vida solo es una.

¿Qué papel jugaron tus padres en la decisión que tomaste de huir hacia Estados Unidos?
Te diré que ellos no sabían nada, me vine sin contarles, me comuniqué con ellos a la semana de estar aquí, la gente del Olimpia tampoco supo nada, luego me tocó explicarles por teléfono lo que me había pasado a mis papás, fue muy duro para ellos, al final me tuvieron que apoyar, era mi vida la que estaba en juego y no un partido de fútbol.

Cuando los futbolistas andan en malos pasos es que les ocurre lo que te tocó vivir a vos, ¿No estuviste involucrado con alguna mujer casada, ventas de drogas, pandillas, algo por el estilo que te causara estos problemas?
No, gracias a Dios no estuve involucrado en cosas como esas, a pesar que salí a muy temprana edad de la casa. Dejé a mis padres a los 14 años y siempre pude comportarme de una manera aceptable dentro de la sociedad, no he sido un hombre que esté involucrado en problemas, la gente puede decir lo que sea, pero siempre tuve cuidado en ese aspecto, fue una simple extorsión, las personas que lo hicieron creyeron que yo tenía dinero y se equivocaron, te repito, que no solo a mí me ha pasado, hay muchas personas en el país que viven eso a diario y no tienen para dónde huir, fue algo muy incómodo.

¿El miedo se apoderó de vos?
Claro, todo el tiempo pasaba con mucho miedo, yo iba a las prácticas y sentía un gran temor cuando entrenaba, me asustaba cuando miraba algún desconocido que iba a traer a algún compañero de equipo, terminaba mis entrenos y no sabía si iba a llegar a casa, fueron momentos muy duros.

¿Nunca te enteraste de dónde venía la extorsión?
Nunca supe, estuve hablando con varias personas de mi pueblo para ver si de ahí venían y nada, por si ellos sabían algo, ya que me daban datos reales de mi familia, de mi pueblo (Villanueva) no creo que harían algo similar a lo que me pasó, ellos me quieren mucho y siempre me han apoyado, vengo de una familia muy luchadora, solo sé que fui una víctima más de lo que sucede a diario en Honduras.

¿No le tuviste fe a la policía?
Imagínate si voy y pongo la denuncia, sin ningún lempira y luego aquellos le dicen que le darán algo de dinero a un policía, qué crees, con la fama que tienen los policías de Honduras por corrupción, mejor no lo hice y me quedé callado.