Sus buenas temporadas con el Tenerife propiciaron su contratación por el filial culé y algo que llamó poderosamente la atención es que al ariete le pusieron una cláusula de resición de 50 millones de euros, cifra más alta que algunos jugadores de la primera plantilla del Barcelona, Atlético o hasta Real Madrid.
Desde que firmó por el Barcelona B se especuló en sus posibilidades de subir al equipo estelar, en Liga era imposible pues sólo lo pueden hacer los jugadores de 23 años o menos, y Lozano tiene 24. Esto a menos que el club dirigido por Ernesto Valverde lo hubiese registrado ante la Federación Española de Fútbol como pieza del primer equipo, y luego bajarlo.
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No fue así, se le inscribió en el equipo B pero surgió otra opción de jugar en la primera plantilla en Copa del Rey. Por regla, ningún filial puede disputar este certamen y eso aumentó las posibilidades para el seleccionado pero en el partido de dieciseisavos del final donde el Barcelona enfrentó al Real Murcia, no fue citado.
Lozano tiene cuatro goles en la actual temporada con Barcelona B, en el último juego dio una asistencia.
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La respuesta es sencilla, en Copa el hondureño no puede jugar porque él no es comunitario (no ha sido nacionalizado español) y el reglamento de este torneo es claro en lo siguiente: “Se fija en tres el número máximo de jugadores no comunitarios que cada club de Primera División puede inscribir y alinear simultáneamente en Copa del Rey”.
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En el Barcelona los futbolistas Nelson Semedo (portugués), Paulinho (brasileño) y Marlon Santos (brasileño) son extracomunitarios al igual que el “Choco”, la diferencia es que ellos sí se encuentran registrados para jugar Copa del Rey y eso limitó al ex delantero de Olimpia.