Wesly Decas, el legionario que lucha por sostener a su familia

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Hay historias futboleras que son muy tristes y esta es una de ellas. Wesly Decas es un legionario hondureño de apenas 18 años que sin mucho aspaviento está logrando sobresalir en el fútbol de ascenso de México con el Club Juárez. Decas, que es mundialista hondureño Sub-17 y Sub-20 comienza a tomar protagonismo lejos de su tierra; en su primer juego fue elegido en el 11 ideal de la jornada.

Diario Diez contactó al defensa zurdo hasta México y con una voz muy tímida reseñó lo que ha sido su vida en los últimos años, nada lindo para un muchacho de su edad. A los 16 años comenzó a gestionarse los gastos de la casa, situada en la Rivera Hernández, misma que es habitada por siete de sus hermanos y su mamá.

Con lo poco que generaba económicamente estando en Honduras, tanto de premios de selección y lo que percibía del equipo en el que jugaba, llevaba a su casa el sustento para los suyos. 'Trato de ayudar a mi familia en lo que puedo, las bendiciones que me llegan a mi lo comparto con ellos', dice Decas.

El jugador que representa a Honduras en el balompié de segunda de Mé  xico explicó brevemente cómo llegó a ciudad Juárez. 'Llegué al fútbol mexicano después de haber estado haciendo pruebas en Europa y también jugaba en la selección, el Juárez me estuvo viendo pero hasta despúes vine y ya el año pasado se dio todo y pues aquí estoy gracias a Dios'.

'Llegué a mitad de año, el equipo quería que yo me adaptara y ya ahora estoy acoplado al equipo, entiendo lo táctico y lo que el profe quiere que haga, aquí juego de central izquierdo y debuté gracias a Dios en la Copa MX y también en Liga', revela.

Tan pronto le llegó la propuesta tuvo que aceptarla pero la afronta solo con su valentía. 'Ahorita estoy solito, pero luego se vendrá mi mamá para que me haga compañía. Ella vive en la Rivera Hernández', comienza diciendo sobre el tema familiar.

Y es que la vida de Wesly Decas ha sido muy triste y de pruebas muy duras. Su papá fue encarcelado por ser culpable de robo de carros.

'Yo nunca estuve con mi papá, él pasaba trabajando, pero después se juntó con personas con las que no tenía que hacerlo y lo metieron a la cárcel, este año que pasó lo fui a ver al presidio y no me reconocía. Se quedó sorprendido cuando lo fui a ver, me preguntó que quién era porque he crecido bastante, pero independientemente de todo eso siempre hemos tenido buena relación, me pedía que ayudara a mi mamá y hermanos', revela el legionario catracho.

Y sigue: 'Es difícil para nosotros que no me pueda ver, él siempre está pendiente de mí, ahorita no he hablado con él porque lo trasladaron para otro presidio. Uno de mis sueños es que mi papá esté en un estadio junto a mi familia viéndome jugar algún partido. Ellos siempre me han apoyado, como mi profesor Cristóbal (Bu), mi representante Daniel (Solís) y el profe Carlos Tábora, también mi tío 'Chico', quien fue que hizo que yo creciera como futbolista, él siempre me apoyó, estuvo ahí conmigo para todo lo que necesitaba... a él le agradezco mucho, todos me han ayudado mucho, por ellos estoy aquí'.

Pero a pesar de estar preso, el papá de Wesly Decas siempre le ha seguido la pista de su corta carrera. 'Él ya sabe que he jugado los mundiales, miraba mis partidos, me apoyaba, nunca ha dejado de hacerlo y se lo agradezco', expresa. Le consultamos por qué su padre estaba pagando una condena en la cárcel y después de un silencio de al menos 15 segundos respondió: ' El problema es que él robaba carros, entonces por eso lo metieron a la cárcel. Mi papá siempre buscaba lo mejor para nosotros y por eso cayó en eso, siempre quiso que la familia estuviera bien. Me han dicho que ya va a salir pero no sé cuánto le queda, lleva cinco años en la cárcel'.

Ese golpe que la vida le dio a Wesly lo hizo tomar la batuta de su familia. Decas se hizo cargo de ellos y hasta este día es quien sustenta a los suyos a falta de su padre. 'Somos siete hermanos, cinco varones y dos hembras. Yo los mantengo con lo que gano. Gracias a Dios puedo ayudarles, mi meta es hacerle una casa digna a mi mamá y que vivan bien', reconoce.

SU FUGAZ PASO POR MOTAGUA
'Yo iba al primer equipo pero ellos me mandaron a reservas, querían que yo estuviera ahí, pero Cristóbal Bu, mi profesor, no quiso. Como estaba en la Sub-20 ocupaba minutos en la primera división. Diego (Vásquez) me dijo que era buen jugador, que me miraba con muchas condiciones y que le podía ayudar al equipo pero él me quería en reservas y por eso salí'.

EL AUTOGOL EN SU DEBUT
'Fue que quise despejar el balón, le pegué mal y el portero estaba mal ubicado. Mi intención era tirarla al a línea lateral. El profesor me decía que esas son experiencias que pasan, 'vale más que eso te pasó ahorita porque más adelante no te tiene que pasar', me decía'.