Legionarios

Virginia Varela: 'Emilio no cocina, se le quema hasta el agua'

Emilio y Virginia son pareja desde el año 2007, cuando Emilio se comenzaba a consolidar como jugador de Motagua.

2018-05-04

Emilio Izaguirre se inspira viendo a su musa. Su nombre es Virginia Varela, la chica de sus sueños. El amor de su vida. Su acompañante incondicional. La madre de sus dos hijos. A su lado ha vivido los momentos de gloria que le ha regalado el fútbol. Junto a ella también ha llorado. Con Virginia ha tenido que aprender a ser esposo, padre, amigo, un mejor hombre.

Emilio Izaguirre sueña con ser técnico cuando se retire

Estamos en su casa y nos acomodamos en unos hermosos sofás para platicar un poco de la vida que han llevado juntos, de sus retos ahora que se han mudado a Arabia Saudita, de lo duro que fue marcharse de Escocia, de lo lindo que es para ellos estar en Honduras disfrutando de un tiempo en familia.

'No lo conocía, me mandaba mensajes diciendo que era el 21 de Motagua y no sabía quién era, iba al estadio a trabajar y no me gustaba el fútbol”
¿Cómo disfrutan este tiempo en Honduras?

Les pregunto y Emilio se anima a responder de inmediato. “Hay que dar gracias a Dios por estar nuevamente en nuestro país. Teníamos 10 meses de estar viviendo en Arabia, un país difícil. Ya habían pasado ocho o nueve años que no teníamos dos meses de vacaciones, con el Celtic veníamos 10 días, una semana y la familia nos visitaba, había quienes se quedaban enojados porque no teníamos tiempo”.

¿Cómo se lleva ese trajín de tantos años?

Le pregunto a Virginia, quien luce una blusa blanca y jeans color azul y ella responde con su clásica amabilidad. “Al principio fue difícil, ya son 11 años, ya me acostumbré, es parte de la rutina. Es difícil porque casi siempre no le quedaba tiempo, antes era ir a la Selección en las vacaciones, pero ahora tenemos más tiempo”.

Ahora que les tocó cruzar desde el otro lado del mundo, viniendo a Honduras procedentes de Arabia, el asunto es más cansado. “Es bien difícil venir con los niños, pero siempre estamos con la fe en Dios que él tiene la voluntad en nuestras vidas, siempre estamos positivos”, cuenta Emilio y Virginia sonríe antes de decir: “Ja, ja, ja, lo bueno es que él siempre me ayuda en los viajes”.

SU VIDA EN ARABIA

El cambio radical que vivió la familia Izaguirre Varela durante 2017 cuando le tocó a Emilio fichar para el Al-Fayha de Arabia, no ha sido fácil asimilarlo ni para ellos ni para sus hijos.

'Nosotros no tenemos miedo, tenemos confianza en Dios, este es nuestro país, aquí crecimos, nacimos, queremos estar aquí pase lo que pase porque no tenemos temor'
Ahora, por ejemplo, Virginia tiene que vestir el famoso burka, un traje típico que llevan las mujeres árabes y que les tapa todo su cuerpo. “Me ha tocado acostumbrarme. A veces por el calor me desespero, me enojo y ya no quiero usarlo, estoy obligada”.

Emilio dice que para su esposa el asunto de la vestimenta no ha sido nada sencillo. “Es difícil para ella, vivimos en una villa de cinco casas, y enfrente está el desierto, tenemos que ir a la ciudad 20-30 minutos, a la capital una hora y media de viaje, es duro. Dos veces le han llamado la atención por no taparse el cabello, apenas debe dejarse descubierta la cara, pero son sus costumbres y hay que respetarlas”.

Sobre el tema futbolístico, Emilio asegura: “Nos ha costado más en Arabia. Yo recuerdo que en Escocia, al año jugábamos más de 50 partidos y era feliz así todo el año, pero en Arabia el torneo se para hasta 20 días y es difícil estar en el desierto así, se aburre uno.

CERO EN LA COCINA PARA EMILIO

Con respecto a la comida árabe, Emilio no ha tenido problemas, pues su esposa es una experta en la cocina. “De allá solo pollo come, ja, ja, ja”, confiesa Virginia.

¿Y Emilio cocina? Pregunta obligada para ella.
“Nada, nada, nada, ja, ja, ja. Emilio no cocina, se le quema hasta el agua. Una vez se puso a cocer unos huevos, solo se cocinaron la mitad y la otra se quedó cruda, cuando se los iba a comer, le estallaron”, cuenta en un tono divertido.

Emilio no mete ni las manos y solo le queda agregar: “Ella cocina rico, no me gusta comer en la calle porque ella hace de todo muy delicioso”.

VIDA CRISTIANA

Emilio y Virginia dicen que una vez que llegan a Honduras durante sus vacaciones, lo primero que hacen es visitar su iglesia: Mi Viña. El lugar donde siempre han congregado en Tegucigalpa. Para ellos seguir a Cristo es su mayor pilar como familia.

“Lo más importante es que conocemos de Dios, ese ha sido el camino. He aprendido a siempre ser fiel a Dios, a mi esposa”, dice Emilio.

Y en ese momento se le viene el recuerdo del día en que contrajeron matrimonio: “Nos casamos hace diez años en la iglesia Mi Viña, en una reunión de jóvenes, hicimos un discipulado para casarnos. Yo vestía un jean, de saco, ella de vestido rosado, así de humildes, yo ya estaba en Motagua, pero siempre he dicho que la humildad es la base del éxito, eso se lo repito a los jóvenes de la iglesia, no iba aparentar lo que no tengo, no tenía nada, para qué voy a hacer una fiesta grande, si estábamos preparándonos para el futuro. Aquí estamos juntos que es lo más importante”.

Y es con esa forma de ver la vida, Emilio y Virginia han formado un hogar lleno de mucho amor y sólido para que dure por siempre.