Pronto va a hacer un año de su llegada a Portugal, ¿cómo ha sido la adaptación hasta el momento?
Ha sido muy buena, desde que llegué me han acogido de una manera excelente y he tenido la suerte de encontrarme con personas muy cariñosas que me han abierto las puertas. La verdad es que estoy encantado de estar aquí.
¿Cómo surgió la posibilidad de llegar a Portugal?
Cuando tenía catorce años, mi entrenador en Honduras buscó la posibilidad de venir a España a una academia de fútbol y así fue como llegué a la Fundación Marcet, en Barcelona. Antes de Gil Vicente, estuve seis meses en Suiza.
Debuta esta temporada como profesional, ¿qué objetivo se marca?
Lo que busco es sumar todos los minutos que pueda, una vez que, el equipo está en una fase muy buena, y que está luchando partido a partido por conseguir el ascenso, lo que quiero es ayudar al equipo poco a poco.
La verdad es que el equipo deja muy buenas sensaciones...
Una vez que hagamos los puntos que nos aseguren la salvación, empezaremos a ver la posibilidad del ascenso. Hasta ahora estamos haciendo un buen trabajo y este es el camino.
¿Qué sensación le deja el nivel de la competición en Portugal?
No ha sido fácil, a pesar de que vengo de los juniors del equipo la temporada pasada, cuando gracias a Dios todo fue muy bien. Ahora la adaptación al fútbol profesional ha sido dura, pero estamos aquí , estamos trabajando bien y espero las oportunidades.
De aquí a cinco años, ¿dónde se ve?
Lo primero es Gil Vicente e ir sumando minutos, lograr el ascenso... Y poco a poco, hay que trabajar muy duro y ver lo que Dios dispone.
Y para terminar, ¿con qué sueña como futbolista?
Mi sueño es jugar al fútbol en la primera división, en Europa, y poder honrar a Dios con mi trabajo, una vez que me dio el talento.
