Segunda División

Atlético Limeño juega al son de la bachata y ruido de los aviones

El Atlético Limeño juega sus partidos como local del Ascenso en un estadio Milton Flores lleno de esos ingredientes.

2017-03-07

El partido arrancó a las 10:46 de la mañana, 16 minutos después de lo reglamentado. Se trata de una costumbre en La Lima, en donde el Atlético Limeño juega sus partidos como local en una atmósfera distinta a la que impera en cualquier otra cancha del país: bajo un inclemente sol, al ritmo de la bachata y con el ruido de los aviones.

Y es que las máquinas perfectas despegan y aterrizan a cualquier hora del día, siendo el minuto 30 del segundo tiempo de todos sus partidos el momento que los rivales que visitan el Milton Flores toman con sorpresa, pues el rugir de los tremendos motores distrae y complica la capacidad auditiva de quien no está acostumbrado. Es una faena muy normal para quien ya se ha aventurado en la calurosa Ciudad del Oro Verde.

Foto: Diez

Atlético Limeño juega en una cancha que, además, está toda deteriorada.

'Ni se cuentan (los aviones) de tantos que caen los domingos; el sábado también hay bastantes', le contó a Diez don Roberto Marroquín, quien lleva años colaborándole al Limeño en la entrada de su portón. El veterano habitante de La Lima no deja entrar a cualquiera por el vetusto acceso que colinda con los camerinos.

A las 12:00 del mediodía es cuando más vuelos internacionales arriban al aeropuerto Ramón Villeda Morales, antiguamente conocido como La Mesa. A eso de las 12:30 pm sale uno que otro, volviendo a causar la sensación que hasta la fecha es tan ajena para muchos.

Entre las 10:30 am, hora supuesta en que deberían arrancar sus juegos los 'bananeros' y la 1:00 pm, cuando van concluyendo los encuentros ligueros, la temperatura asciende de golpe de 33 grados a 36. Una faena difícil de encarar para los oncenos visitantes.

Aún así las cosas no salieron nada bien para el dueño de casa en su último juego, pues sucumbió con un Villanueva mejor preparado (2-0) por la jornada 6 del torneo Clausura, en donde yacen con serias dificultades con apenas seis unidades en la penúltima posición (séptimo lugar).

Foto: Diez

Aviones, bachata, helicópteros y cuanta cosa usted se imagine. Así es el fútbol en La Lima, Cortés, al norte de Honduras.

AL SON DE LA BACHATA...

El componente que hace aún más rara, aunque tampoco disgustante, la estadía de quienes visitan el estadio que lleva el nombre de uno de los mejores porteros en la historia de Honduras, es el ritmo caribeño que suena durante los partidos: la bachata. El volumen apenas llega al engramado, pero de igual manera se vuelve una curiosidad que los aficionados locales parecen disfrutar entre las cervezas y los bocadillos que complementan la jornada futbolera.

El llamativo entorno, que se ha repetido a lo largo de los últimos años con el ya desaparecido Sula y el mismo Atlético Limeño, quienes alcanzaron a brindarle su clásico a los limeños, se volverá a experimentar dentro de dos domingos en el estadio Milton Flores Miranda, que pese a las adversidades aún sueña con recibir algún día juegos de Liga Nacional.