Camilo Bonilla Ocampo, de goleador en Liga Nacional a agricultor

Para que no se repita su misma historia, el ex delantero del futbol nacional Camilo Bonilla Ocampo, trabaja en su comunidad Nuevo Marañones, Colón, con 193 niños con edades comprendidas entre los 12 y 16 años mediante cuatro escuelas de fútbol.

Bonilla debutó en el máximo circuito con los Pumas de la Universidad a los 27 años de edad, porque nunca tuvo formación integral para hacerlo antes, eso lo impulsó a preparar niños para que se abran un hueco en primera división.

“Ahora me dedico a trabajar en la formación integral con varios niños de Colón con las escuelas Honduras Aguán, Los Leones y Río Claro, también tengo un proyecto con mi escuela de fútbol en Nuevo Marañones con niños Federados en las categorías U-12, 14 y 16”, explicó Bonilla.

Y agregó: “ Algunos padres de familia de los niños con los que trabajo me apoyan con implementos deportivos, lo demás sale de mi bolsa, es una lástima porque en el Bajo Aguán hay mucho talento, vivimos en una zona sana, los padres dejan que sus hijos salgan abiertamente, en la ciudad es diferente”.

La “Máquina”, como lo apodaban sus compañeros de equipo por su velocidad y fuerza en la cancha, reiteró: “Este proyecto con los niños es para que no les pase lo mismo que a mí, porque debuté muy tarde en Liga por falta de formación, por eso entreno niños para que no corran mi suerte y a los 16 años puedan hacer sus primeros pininos en el máximo circuito”.

PIDE APOYO PARA PROSPECTOS

Bonilla Ocampo reveló que hace algunos meses dialogó con su extécnico Héctor Vargas, quien lo hizo debutar en Primera División para que intermediara con el presidente de Olimpia Rafael Ferrari con implementos deportivos a cambio de firmar un convenio de prospectos con el Viejo León.

“Me gustaría que algún equipo de Liga Nacional me apoyara con logística para mis niños, eso es lo más difícil para uno como técnico. Hace algunos meses estuve hablando con el profesor Vargas para firmar una alianza con Olimpia para llevarle prospectos, así como hizo don Eulogio Palacios, que les llevó varios jugadores, eso me gustaría hacer con este o con otro equipo de la liga”, enfatizó.

AGRICULTOR

Entre sus facetas como entrenador y exfutbolista también es agricultor. Después de colgar los botines se dedicó a sembrar arroz y maíz.

“A veces hay ganancias y a veces pérdidas, he tenido cuatro años buenos en las 15 manzanas de arroz, cuando son buenas temporadas saco hasta cuatro camiones de producto. El Gobierno no apoya a los agricultores, pero la banca privada lo hace mediante préstamos”.

SU PASO POR EL FÚTBOL

Camilo Bonilla debutó con la camisa de Universidad, luego fichó para Broncos, Victoria, Vida, Dragón y Metapán de El Salvador.

En Liga de Ascenso lo hizo en Social Sol, Real Sociedad, Unión Arenense y Lenca. Se retiró del fútbol profesional en 2005 y de Segunda División en 2007.

“Debuté muy tarde porque no tuve proceso para hacerlo antes, pero no puedo lamentar nada porque el fútbol me trató bien. Antes de llegar a Liga jugué cuatro años en segunda división, en mis tiempos no había escuelas de fútbol como ahora, eso me impidió debutar joven en el máximo circuito”, lamentó.

Sobre su carrera destaca que anotó 75 goles en todos sus equipos. “Tengo dos goles imborrables como el que le marqué a Carlos Prono cuando él jugaba en Victoria, se lo metí de volea en medio de Raúl Sambulá y Javier Martínez, en esa época yo estaba en el Vida; otro que no olvido fue el golazo que le hice a Platense de pierna izquierda, le pegué al balón con tres dedos al mero ángulo”.

“En mi carrera tuve una grave lesión de aductores que me hizo perder mucho ritmo de juego, estuve mucho tiempo fuera de las canchas, pero con el tiempo logré recuperarme, gracias a mis técnicos que me ayudaron, todos mis entrenadores me enseñaron mucho como Hermelindo Cantarero, Héctor Vargas, Pascual Norales y Raúl Martínez Sambulá”, recuerda con alegría.

Según cuenta, nunca lo expulsaron de la cancha en siete años de carrera.

“Siempre fui un jugador fuerte, me ayudaba bastante la potencia física, no era habilidoso pero sí de área, tenía mucha actitud porque no daba un balón por perdido contrario a muchos jugadores de ahora. Me gustaría que la gente me recordara como un disciplinado, jugué muchas temporada (siete años) y nunca me sacaron una tarjeta roja”.

ALGO MÁS:

¿Una decepción?
Cuando el profesor Alberto Romero llegó a la Universidad me marginó, siempre tuvo problemas conmigo sin saber porqué, siempre hacía el trabajo que me encomendaba, pero no era de su agrado.

¿Que sucedió con Ramón Maradiaga?
Estuve en un proceso de selección con el profesor Chelato Uclés, pero después llegó “Primi” Maradiaga y me sacó porque no le caía bien, esa actitud me dolió mucho”.

SÉPALO:

SU RETIRO:
Con el Vida de La Ceiba en la temporada 2005-2006.

SUS GOLES:
Durante siete años de carrera anotó 75 goles(Liga Nacional y Ascenso), pero aún recuerda el que celebró ante Victoria y Platense.

CAMPEÓN:
No tuvo la fortuna de levantar una copa de campeón.

ÚLTIMO CLUB:
En la campaña 2007 decidió colgar los botines con el Lenca de El Progreso.

LO DIJO:

“En la Liga los compañeros me decían ‘abuelo’ porque debuté a los 27 años, eso no me desmotivaba, porque mentalmente soy muy fuerte. A todos los porteros les anoté. Extraño mucho el fútbol por el estilo de vida, levantarme temprano para entrenar, las concentraciones, los viajes y charlas de los técnicos, los ambientes en los estadios y bromas de compañeros, por eso fue difícil decirle adiós a esta carrera”.