Liga Nacional

El hondureño que comparte su historia de vida con portero del Chapecoense

Arnold Turcios soñaba con ser futbolista cuando el tren le cortó las piernas y hoy se solidariza con Jackson Follmann

2016-12-09

Arnold Turcios, es un hondureño al que hace 30 años le fueron amputadas sus dos piernas. Fue víctima de 'la bestia' tras intentar lograr el sueño americano. Además su anhelo de ser futbolista se vio truncado, hoy es un ejemplo de superación.

Es considerado el peor desastre aéreo del 2016 y la peor tragedia para el deporte rey (el fútbol), seis personas lograron sobrevivir al estrellarse el avión que transportaba al equipo Chapecoense el pasado 28 de noviembre y fallecieron 72 cuando viajaban de Brasil a Colombia.

Esta fecha marcará un antes y después para las familias de las víctimas, pero también para los pocos sobrevivientes, entre ellos el joven arquero Jackson Follmann a quien le apuntaron una de sus piernas y posiblemente le corten la otra debido a una infección que sufre.

Ver: LAS DURAS FOTOS DE LA HISTORIA DE DON ARNOLD

Pero el estar vivo, es un milagro; como milagrosa es la historia de Don Arnold Turcios, un humilde hondureño quien ha querido enviarle palabras de aliento y motivación al brasileño Follmann.

Lo que en un inicio era un sueño, de pronto se convirtió en pesadilla para el Chapecoense, ellos tenían muchos sueños e iban en busca del éxito. Don Arnold, también tenía muchos sueños, buscaba el éxito en su vida, soñaba con jugar un partido completamente distinto al que la vida le tenía preparado y aún recuerda con nostalgia el momento en que perdió sus piernas.

Cuando tenía 19 años, se fue en busca del sueño americano y el de jugar en un equipo de futbol en Estados Unidos, pero lo que no sabía es que la vida pondría a prueba su valentía y coraje.

“Me fui de mojado con un amigo, éramos uña y sucio, jugábamos juntos futbol y hasta nos prestábamos la misma ropa. Cuando estábamos en México agarramos el tren, para subirnos a los vagones. Nos agarramos de una escalera. Yo por estar de confiando me subí sin darme cuenta que el óxido había recortado la escalera y mis piernas terminaron debajo de las ruedas del tren, por la velocidad que llevaba el auto ferroviario y lo fuerte del viento, en segundos ya estaban amputadas mis piernas¨, cuenta Don Arnold.

Foto: Diez

El portero brasileño del Chapecoense, Jackson Follmann, sobrevivió al trágico accidente.

Recuerda que en ese momento cayó al piso y sentía que se estaba quemando, como que alguien le había roseado de gasolina y encendido un fosforo. Él sentía que se estaba yendo de este mundo y que su alma se estaba desprendiendo de su cuerpo.

“Fue algo que lo viví en carne propia, en ese instante le pedí al Señor que me diera una oportunidad más, que si lo hacía lo iba a servir, y aquí estoy. Dios me dio una segunda oportunidad de vida y siempre que recuerdo ese duro momento me conmuevo desde las entrañas, por eso quiero mandarle este mensaje a la gente doliente de Brasil, que se agarren de Dios que él lo es todo”, confiesa el hondureño.

El portero del Chapecoense, Jackson Follmann, de 24 años, debió someterse a una amputación en una pierna y su estado de salud sigue delicado. El arquero está consciente e incluso expresó tras conocer de su amputación que “prefiero la vida que la pierna”.

“Me sentí impactado por la noticia porque en el momento de la tragedia recordé lo que me había sucedido a mí donde perdía ambas piernas a la edad de 19 años. Estar vivo es un milagro de Dios. Este momento será decisivo para ese muchacho (Jackson), para su familia y el resto que lloran a los que no pudieron sobrevivir’, comenta.

Y sigue diciendo: “Uno comienza a vivir el mejor partido, es el otro juego de la vida, el que uno se disputa. Hoy Jackson Follmann tendrán que enfrentar y jugar el mejor partido de su vida una vez salga de ese hospital y retorne a su casa. Seguro lo va a ganar porque es un vencedor, siempre de la mano de Dios” expreso Don Arnold, quien quiere que ese mensaje y palabras lleguen hasta el arquero brasileño y que servirán como un bálsamo para su dolor.

Foto: Diez

Así quedó el avión del Chapecoense donde sobrevivió el portero Jackson Follmann.

Como todo un guerrero sigue luchado en esta vida. Es padre de tres hijo, está felizmente casado y activamente se mantiene trabajando en una empresa recicladora enfocada en el residuo de aparatos eléctricos en San Pedro Sula.

Es residente de la colonia las brisas, en donde jugaba burocráticamente antes de emprender su viaje a los Estados Unidos. A nivel inferior fue federado y militó en varios equipos de la zona. Se proyectaba como un buen delantero con mucho futuro en el futbol, pero el tren de la vida le preparo algo mejor.

Quizás el arquero brasileño Follmann y el resto de los sobrevivientes se han de preguntar: ¿Por qué a mí? ¿Porque a nosotros?… “Después que me amputaron las piernas yo me pregunté muchas veces el porqué de lo que ocurrido, pero aprendí algo: A Dios no hay que entenderlo, hay que obedecerlo. Dios tiene un plan con cada uno de nosotros y cuando uno obedece, ahí es cuando recibe la paz”, expreso don Arnold.