Se trata de una señora de 75 años que radicó desde sus primeros días de vida en el populoso barrio El Centro de El Progreso, Yoro, en el cual trajo al mundo a todos sus hijos, entre los cuales se encuentra la madre del volante del Honduras Progreso, Jorge “Ñangui” Cardona.
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Doña Argentina dice que no se pierde partido de los ribereños “desde que empezó mi nieto” en Liga Nacional.
No desconoce al “8” de los de la Perla del Ulúa como un extrovertido personaje: “Cállese, es tremendo, pero es una gran cosa mi nieto, es bueno y lo apoyó en todo”, expresa con mucha ternura.
Imágenes como la de la matriarca de la familia del “Ñangui” son las que brindan esperanza y llenan de optimismo con que algún el fútbol hondureño volverá a gozar de paz y un clima familiar. Además, está claro que el “deporte rey” es la válvula de escape de un país lleno de problemas sociales.