Lagos que ahora tiene una vida nómada, se mostró en precarias condiciones. Con un brazo lesionado y vendado, vistiendo un mal aspecto pero con una sonrisa en su rostro, pues el fútbol es una de las pocas cosas que le alegra la vida.
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De inmediato el mexicano fue reconocido por muchos aficionados de los azules y Olimpia, algunos lo pararon para tomarse fotos, pues Lagos no solo vistió la camisa del Motagua, también la de la Selección de Honduras con la que nos regaló grandes alegrías.
La nostalgia invadirá al exjugador del Motagua que ha llegado a ver al equipo de sus amores que hoy se juega el pase a una nueva final. Lagos vive de la caridad de muchos amigos que todavía le dan el apoyo, pues las drogas y el alcohol lo atraparon, pero el fútbol le ha sacado una nueva sonrisa.
