El futbolista ha compartido un video en el que se observa cómo el pequeño Ever David Alvarado ya comenzó a recibir las clases privadas, pues había abandonado la escuela y con 10 años apenas cursa el segundo grado.
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Joshua se ha encargado personalmente de darle la atención necesaria a Ever que lo ha recibido con los brazos abiertos; pues a él lo regalaron el día que nació a una familia que le está dando la crianza pero el jugador de Marathón ha sido como un ángel.
Ever ya hace las tareas, tiene un maestro que llega hasta la casa de Vargas para enseñarle lo básico y poder ponerse al día, pues al ser de familia de pocos recursos quien lo adoptó no tiene todas las condiciones. Joshua Vargas también le ayuda en la alimentación y vestimenta.
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El fin de semana, luego que DIEZ publicara su historia y que fue compartida y vista con buenos ojos por los lectores, el futbolista se llevó al niño donde su familia en Puerto Cortés. Allí la felicidad de Ever fue desbordante porque pudo ir a la playa, comer mariscos, conversar con nuevos amigos y disfrutar de un fin de semana completo.
“Yo lo hago por ayudarlo”, son parte de las palabras que expresa Vargas quien conoció al niño cuando llegó mal vestido, con unas sandalias muy deterioradas pero con una sonrisa en su rostro. Desde ese día, Ever llegó para quedarse en la sede de Marathón donde ahora es un habitual y lo han bautizado como “Piticó”, el niño de la suerte que sin duda tiene en Joshua Vargas, una persona que lo comienza a guiar por el camino correcto al llevarle a su casa el pan del saber cómo lo es la educación.
