Qué triste cuando el fútbol se mancha con sangre, misma producida por el vandalismo. En este momento no existen colores ni distinciones solamente lamentar las muertes que produjo un partido de fútbol que al final no se jugó. Fue en Honduras.
| En fotos: Muertos, heridos y desmayados dentro y fuera del Nacional |
Cuando parecía que la noche fresca de la capital hondureña, Tegucigalpa, iba a vivir una fiesta de fútbol como en las últimas dos finales del balompié catracho, todo terminó en gritos de desesperación, temor, disparos, caos, sangre y muerte.
El partido era de alto riesgo y por ello la Policía Nacional había decidido montar cinco anillos de seguridad, pero sin esperarlo, todo se le vino abajo y se perdió el control.
Estábamos a hora y media para presenciar el clásico nacional entre Olimpia y Motagua. El equipo azul se trasladaba tranquilamente y de forma normal con rumbo al estadio para preparar el choque, pero a inmediaciones del barrio Morazán, un grupo de al menos 250 personas, aficionados del Olimpia, atacaron al autobús con piedras y botellas.
Esto hizo que los futbolistas del equipo bicampeón del fútbol hondureño, Emilio izaguirre, el paraguayo Roberto Moreira y el portero argentino Jonathan Rougier resultaran heridos producto de los vidrios de las ventanas rotas. El vehículo tomó rumbo al hotel donde estaban concentrados para no presentarse el recinto deportivo, pues no habían garantías de seguridad.
Según el presidente del Motagua, Pedro Atala, los elementos de la Policía que resguardaba el automor fue agredido y amedrentado por los barristas que hicieron que posteriormente se registrara una noche negra donde el saldo fue de tres muertos y siete heridos.
El portavoz del Hospital Escuela, Juliette Chavarría, dijo que 'fueron ingresadas (al centro asistencial) siete personas, tres de ellas murieron y cuatro son atendidas aún en la emergencia'.
En horas de la madrugada se confirmó la cuarta persona fallecida. Los nombres de los que perdieron la vida en los incidentes: Carlos Fernando Alvarado, Jefferson Banegas, David Antonio Zepeda Zúniga y Belis Antonio Baquedano.
Tras conocerse la suspensión del encuentro, donde los futbolistas del Olimpia salieron a la cancha a calentar para el juego, siguiendo el protocolo indicado por el comisario Marco Tulio Córdoba, en las afueras del estadio Nacional todo estaba descontrolado.
Las aficiones de ambos clubes se encontraron y se desencadenó una guerra de las que nos habíamos olvidado en estos partidos, pues al menos durante los últimos siete clásicos, no se reportaron hechos que lamentar como esta noche.
Y mientras en las afueras del coloso capitalino se mataban, los más de 10.000 aficionados que estaban en las gradas y que intentaban salir por los portones fueron atacados por policías con bombas lacrimógenas para tratar de evitar más incidentes, pero durante la estampida resultaron otras personas heridas.
Las reacciones de los protagonistas
'Nos tiraron botellas, piedras y los jugadores se tiraron al piso gritando', declaró Diego Vázquez hora y media después que haya sido atacado.
'Es lamentable que los aficionados lleguen a estos extremos', deploró el presidente del Olimpia, Rafael Villeda.
El encuentro había creado grandes expectativas porque era el primer enfrentamiento entre Diego Vázquez y el nuevo técnico del Olimpia, el también argentino Pedro Troglio.
El partido correspondía a la cuarta fecha del campeonato de Apertura 2019-2020 de la primera división, que tendrá que ser reprogramado.
Cabe destacar que previo al partido, la Liga Nacional había prohibido ingreso al estadio de la barra Ultra Fiel del Olimpia, por sus antecedentes de provocar incidentes.
