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Los aficionados se comportaron a la altura y para que no sucedieran incidentes, en cada uno de los boquetes por donde ingresaron los aficionados al estadio, fueron cerrados por los policías con un cordón de elementos que mantuvieron vigilancia total a los aficionados.
En cada uno de los portones se puso elementos preventivos y militares que registraron a cada uno de los aficionados que ingresaron. Les pasaron el detector de metales y cuando descubrían un objeto que podría ser ingresado como artefacto, se les decomisaba.
“Hemos hecho un trabajo donde todos tenemos que colaborar; se está haciendo vigilancia de todos los aficionados para que se pueda desarrollar un partido en paz”, dijo uno de los elementos de seguridad que guardaba vigilancia en uno de los portones del Olímpico.
En las gradas se encontraba personal de Copeco con sus respectivos chalecos de color naranja y los contingentes antimotines estaban atentos para dar el apoyo. Una de las novedades es que resguardaron cada zona con cordones de policía; por ejemplo la barra de Marathón siempre estuvo rodeada de elementos para evitar desorden.
Al final del encuentro en la cancha el Marathón se impuso 3-1 al Real España y el clásico se disputó en paz, cero incidentes y los aficionados salieron felices porque únicamente camisas verdes se vieron en las gradas lo que ayudó para evitar choques; jugar estos encuentros de alto riesgo solo con aficionados locales.
Hay que recordar que este encuentro en un inicio estuvo calendarizado para jugarse en el estadio Yankel Rosenthal, pero la policía recomendó sacarlo de allí ya que no habían las garantías para que se desarrollara sin incidentes y de ahora en adelante en la cueva del monstruo solo se disputarán encuentros de local ante Vida, Real de Minas, UPN, Platense, Honduras Progreso y Real Sociedad.
