Liga Nacional

La conmovedora historia de pasión del aficionado que lloró la eliminación del Real España

Mario Castellanos (28 años) fue la imagen viral tras la espantosa derrota de la Máquina en Puerto Cortés. Narra a DIEZ con detalles el momento más triste que ha vivido

2019-11-21

Mario Castellanos es uno de esos aficionados que verdaderamente aman al fútbol y principalmente su equipo; el Real España. El fanático se hizo viral ayer tras ser captado por las cámaras de la televisión en llanto partido al ver como se descarrilaba la máquina frente al Platense ante su presencia.

DIEZ contactó con Mario y encontramos una linda historia. Su amor y pasión por Real España no conocen los límites. Desde los ocho años que su tío, Luis Dubón, lo llevó por primera vez al estadio Morazán en 1999, quedó impactado por los colores aurinegros y ayer fuimos testigos de ese amor incondicional.

Ver: ELÍAS BURBARA Y EL MENSAJE A LOS ESPAÑOLISTAS

Mario se puso la camisa aurinegra lleno de ilusión. Venía de festejar de Guatemala, donde hizo un viaje con un grupo de amigos para ver el partido de la Copa Premier y pensó que en Puerto Cortés, seguiría esa historia de superación del Real España pero el golpe que recibió fue terrible.

“Fue duro”, cuenta cuando miró como Luis “El Buba” López salía de cabeza regalando el pase que puso el tercer gol que hundieron sus ilusiones. “Realmente fue algo inesperado, no andaba buscando fama porque a mí me salió todo natural”, inicia contando a DIEZ.

Ver. RAMIRO MARTÍNEZ SEGUIRÁ EN REAL ESPAÑA

Su imagen se regó por las redes sociales; muchos comunicadores hicieron eco. Algunos aficionados del Olimpia, Motagua y otros clubes lo usaron como inspiración; no gran parte de fanáticos del Marathón, según comentó el propio Mario ya que “lo utilizaron para burlarse”, pues es el rival clásico.

Foto: Diez

Mario Castellanos, es el fanático de Real España que lloró la eliminación del equipo aurinegro en Puerto Cortés.

“He aceptado los comentarios de la gente porque es raro que se burlen. Los que si se han mofado son los de Marathón porque hasta los olimpistas han comentado cosas buenas; pero la rivalidad es así. Son contados los que se han tomado a chiste mis lágrimas”, declaró el aficionado más fiel de la Máquina.

“Fueron sentimientos encontrados los que viví. El domingo estaba como loco festejando en Guatemala el pase a la final, llego el lunes a San Pedro Sula y el miércoles me voy al Excélsior con la esperanza de clasificar… Ir al Puerto, empatar un 2-0 y luego ver cómo nos meten dos goles más, esas son emociones juntas que no se explican”, explicó el aficionado aurinegro.

Mario si puede decirse aficionado; estuvo en los 18 partidos del equipo en este torneo. Desde que comenzaron el Apertura en Tocoa, hasta ayer en Puerto Cortés, ganara o perdiera el equipo no dejó a de apoyarlo. Ya son 20 años siguiendo al equipo y a pesar de los golpes, dice que no decaerá su amor.

“Estuve más que todo zocando y esperando el tercer gol cuando estaba el empate en Cortés. Ver el segundo gol de Devron García cuando nadie se lo imaginaba; me quedé esperando el tercer gol y lastimosamente no se dio”, cuenta cuando se dio el momento de las lágrimas que captó la TV.

Mario junto a sus amigos viendo al Real España contra la UPN en Choluteca. Foto cortesía

El llanto de Mario se ha convertido en una insignia de sentimiento, lo que ha generado muchos comentarios en las redes sociales. Pues a pesar que el equipo siempre hizo un mal torneo, los verdaderos aficionados no miran resultados cuando de apoyar se trata y Mario demostró que es de los que no fallan.

“Sentía impotencia ver al equipo caído, cansado; quería entrar a la cancha porque parecía que uno tenía que ir a hacer el gol. Lo que nos queda es alentar al equipo y darle ánimo más que todo”, narra Mario quien dice que ha recibido muchos mensajes por la imagen que circuló en redes.

AMENAZAS EN GUATEMALA

“Íbamos con todo el pronóstico en contra pero así es el fútbol. Nunca pensé en una derrota”, explica. Al mismo tiempo resalta: “Fue como balde de agua fría. Venía de ver el equipo fajarse en Guatemala para mantener en resultado en la Copa Premier, perdimos pero por lo menos clasificamos”, agregó.

Foto: Diez

El aficionado de Real España, Mario Castellanos, en el estadio Mateo Flores ayer en Ciudad de Guatemala.

“En Guatemala nos dijeron los de la barra del Comunicaciones algo y había bastante tensión, fuimos contra todo. Estábamos asustados porque nos dijeron que nos iban a golpear después del partido; pero al final no nos importó y salimos festejando”, relata.

Mario Castellanos viaja con un grupo de amigos a los partidos de la Máquina. Ha sido parte de Boret, la barra organizada de Real España en Tegucigalpa. “Siempre vamos como 10 amigos por todo el país para apoyar a la Máquina”, revela.

SE QUEDÓ VARADO

Mario ha viajado por todo Honduras siguiendo al club. Ha estado en Choluteca, Olancho, Tocoa, Tegucigalpa, Comayagua. “Yo he ido a todos los partidos en este torneo y pago mi entrada, nunca ando pidiendo cortesías ni nada. Nosotros siempre viajamos por nuestros medios”, relata el aficionado.

Foto: Diez

Mario siempre se ubica en silla en el estadio Morazán y dice que paga la entrada porque apoya incondicional al equipo.

En una oportunidad, a Mario le tocó quedar varado en la carretera cuando iba rumbo a Tocoa porque se cayó un puente por las lluvias. En otra, viajó desde Tegucigalpa a La Ceiba para ver un juego ante Vida donde el equipo perdió. En esa oportunidad, salió en la madrugada desde la capital, regresando al día siguiente para presentarse a su trabajo. Esto es amor por el club.

“Mi amor por Real España es incondicional. Por muy enojado que esté con el equipo siempre se le tiene amor; a veces uno dice, no voy a ir, pero al final terminamos en el estadio… así miro el fútbol”, cuenta Mario quien tiene un bebé que ya luce los colores.

En Real España no estarán en la pentagonal pero se dieron cuenta que tienen un aficionado por el cual sudar la camisa en el próximo torneo para no defraudar a esos seguidores que hacen todo por celebrar un triunfo. Mario estará en el Clausura en primera fila sin importar lo que se presente.