“Estoy viniendo muy seguido. Vine en diciembre, en junio y ahora. Diego cree en las cábalas pero él te lo explica. Cuando me ven a mí se acuerdan que han ganado las finales, llevo varios viajes. Yo vine el 98 a su primer campeonato como jugador”, inició contando.
Gustavo recuerda que no pudo venir a la final de Liga Concacaf ante Herediano el año pasado y Motagua perdió el título. Entre risas deja entrever que tiene trabajo y que “se puede meter en problemas” a horas de la definición ante Saprissa.
“Hasta los dirigentes le preguntan a Diego si voy a venir. Yo tengo trabajo y por ahí voy a dejar de trabajar mejor (risas). Con Herediano no pude venir y ahora gracias a Dios vine, siempre anduve atrás de él. Le llevo ocho años de diferencia y estuve con él, me pregunta cosas del equipo y yo opino”.
Asimismo apunta que, con tanta final de Motagua, deberá hablar con su señora para que lo deje venir seguido a Honduras como ha estado sucediendo.
“Yo pienso que es importante y llega en un momento justo, él lo anhela mucho y lo viene trabajando. Saprissa es un equipo importante de Centroamérica, en Argentina es un equipo que se conoce. Él se siente bien que yo venga, estoy hablando con mi señora para la final si clasificamos, me van a matar en mi casa ja, ja”.
Gustavo terminó la charla confesando a Diez que el sábado fue la primera vez que visitaba el estadio Olímpico y Motagua le ganó a Marathón.
