El longevo entrenador hondureño aplaudió este domingo a los médicos que todos los días luchan para salvar a los pacientes con coronavirus y se mostró feliz, dando aplausos, pues esos guerreros fueron los que le salvaron la vida semanas atrás.
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Confinado en su casa, sin visitas de personas fuera del núcleo familiar, Chelato está en su casa en Tegucigalpa, solo en su cuarto para protegerlo del coronavirus, enfermedad que está golpeando fuertemente al pueblo catracho, además viene saliendo de estar entubado donde le salvaron la vida.
Sentado en una silla de ruedas, vestido con una camisa polo azul, con poco pelo pero con un rostro diferente, el “maestro” ha mostrado una mejoría en su salud y a los 79 años, tendrá un cuidado especial por recomendaciones de los médicos. Solo se puede movilizar por la silla en su habitación.