Liga Nacional

Carlos Discua sobre el negocio de comida con su esposa: 'Sé que voy a salir adelante”

Carlos Discua decidió poner un negocio de venta de comida junto a su señora esposa.

2020-05-25

En tiempos donde no hay fútbol, muchos jugadores han optado por abrir sus negocios y generar ingresos pues no están recibiendo salarios en sus equipos. Marathón es una de las instituciones que se han visto golpeada económicamente y eso lo aquejan sus piezas.

Roberto López y Carlos Discua son dos futbolistas de Marathón que decidieron abrir negocios de comida y en el caso del zurdo la situación es un poco más compleja ya que se terminó su contrato.

VER: EL EQUIPO DE CHILE AL QUE LE GUSTARÍA DIRIGIR PEDRO TROGLIO

“Es muy difícil lo que estamos pasando acá en Honduras, hay bastantes casos positivos a diario y más en departamento de Cortés. Esto no para. Hay más gente en la calle, pero es muy difícil porque parece que en lugar de controlarse está creciendo mucho más. Mi familia está muy bien por dicha”, contó el zurdo al medio costarricense amprensa.com.

Carlos Discua no pasa por alto el largo tiempo que lleva sin jugar, situación que puede pasar factura más adelante, además del hecho que les deben algunos meses de salario en Marathón.

“En mi caso es muy difícil, porque ya tengo más de dos meses de no estar jugando ni entrenando, hoy en día a mi esposa se le dio por cocinar en casa y poder vender a domicilio para llevar. Entonces conseguimos una cocina móvil, la ubicamos cerca de la casa en un terreno para poder vender. Estamos apoyando a mi esposa con lo que ella necesite”.

En su momento el zurdo aceptó que le gustaría volver a Motagua, su futuro en Marathón está en el aire y no se sabe cuándo les podrán pagar.

“Vendemos comida para poder sobrevivir en medio de esto que está pasando, que es una crisis económica a nivel mundial. Estamos saliendo adelante y espero que el fútbol vuelva a la actividad en Honduras. Espero en Dios poder tener una oferta para seguir jugando. Se vende comida hondureña: pollo con tajadas, pastelitos, chuletas, alas de pollo y otras cosas más. A veces mi esposa me pone a cocinar, pero eso no se me da bien (risas). Me toca ir a entregar a domicilio y eso lo hago con gusto. Sé que voy a salir adelante”.