El defensor de 21 años oriundo de la comunidad garífuna de Sambo Creek, estuvo privado de su libertado durante cuatro días junto a un amigo (Carlos Ocampo) que le acompañaba en la travesía.
Los malhechores solicitaban un rescate por 10 mil dólares, sin embargo, según conoció DIEZ con el seno familiar, llegaron a un acuerdo por una cantidad menor para su liberación desde el pasado 26 de enero.
La madre del futbolista, Cristina Meléndez reportó que tanto Jefferson como Carlos se encontraban bien de salud.
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'Lo único que queremos como familia es que ya todos estén casa', comentó Cristina Meléndez a DIEZ.
Ante esta situación turbulenta dejaron en manifiesto que no continuarían en el camino hacia los Estados Unidos viéndose obligados a retornar a Honduras donde volvería a buscar una oportunidad en el fútbol.
