Chelato Ucles

Primi Maradiaga recuerda a Chelato y sus ojeras: 'Uno decía que estaba loco con tanta obsesión por el fútbol'  

El exjugador de Honduras en el Mundial de España 1982 enfatiza en cómo Chelato Uclés era como entrenador y las importantes enseñanzas que le dejó.

2021-04-30

Chelato Uclés fue un personaje ejemplar para todos sus pupilos a quienes alguna vez dirigió, incluso a los que a veces le llamaban loco en su incomprensión a la locura que sentía 'El Maestro' con el fútbol, el cual corría por sus venas, miraba hasta en sus sueños y sentía a todo vapor en su corazón.

Y es que así lo hizo sentir Ramón “Primitivo” Mariadiaga, uno de los estelares de la icónica selección de Honduras en el Mundial de España 1982, competencia donde José de la Paz Herrera marcó la vida de sus dirigidos por su personalidad.

VER: Las 18 cosas que debes saber de Chelato Uclés tras su muerte a sus 80 años

“Nosotros siempre recibimos de él, pero nunca le dimos, contrario a cómo debe ser. En su momento alguna vez le hicimos bromas por lo que hacía, pero todo esos fueron cosas que en lo personal me marcaron porque él siempre vio el beneficio general y no el personal. Aún con todo lo que sabía, era el entrenador que peor ganaba, todo porque no le gustaba lo material, si no, satisfacerse de su pasión la cual era el fútbol”, comentó Primi.

A Mariadiaga se le consultó sobre las peculiaridades que tenía Chelato cuando dirigía durante un partido, como sus famosos apuntes, los cuales solían ser fuertes llamados de atención a sus jugadores quienes hoy, laborando como entrenadores y personas mayores, valoran.

“Totalmente, él nos transmitió lo de los apuntes, y es que cada vez que mirábamos uno de esos cuando jugábamos era un dolor de cabeza porque era un reclamo, pero esos incidían en el rendimiento y resultado de un partido. Yo aún uso ese tipo de libretita, él decía que la mente se le puede ir a uno en cualquier pensamiento y que se levantaba a las 2 de la mañana pensando “tengo que hacer esto y lo otro”, y se ponía a apuntar. Anoche cuando llegué de San Pedro Sula a Tegucigalpa, me acosté y después me levanté para apuntar qué debía hacer tal cosa, y mi señora extrañada. La verdad que son detallitos que parecen insignificantes, pero para uno en lo personal le transcendía para alcanzar sus objetivos”, dijo Ramón.



Preparación para España 82

Chelato era una persona que dormía y se levantaba viendo fútbol, dentro de este solía ser estricto pero fuera de ello era muy bromista. Los trabajos de concentración para ese mundial fueron intensos, largos y tediosos, pero al fin todo valió la pena, pues Honduras se ganó el respeto del mundo en aquel mundial donde Uclés expuso su gran intelecto en el deporte.

“Con él había un liderazgo de DT y jefe impresionante, desde el primer instante impuso respeto. Dentro del campo no había malas expresiones y las bromas se hacían un lado en el del trabajo, pero Chelato fuera del ello era muy jovial y bromista con algunos. Luego nos planteó el objetivo de la concentración para el mundial en el Hotel Centenario en Comayagüela y cuando llegamos a ese lugar que era un campo escuela scout, nos preguntamos: “¿Adónde nos va a meter este?”, pero ya no había marcha atrás y nos enfocamos en lo que él quería.

VER: Los mejores jugadores que dirigió Chelato Uclés según sus revelaciones

Nos tuvo 24/7 a su disposición. Nos levantábamos a las 6 de la mañana, desayunábamos a las 7, eran las 8 cuando ya estábamos corriendo en la calle, 9 empezamos a trabajar. A las 12 hacíamos el almuerzo, a las 4 de la tarde ya estábamos en el Estadio Nacional o escuela militar y en la noche era ver videos por dos horas de las repeticiones que se hacían cuando jugábamos, a veces eran hasta tres.

Todo lo que mirábamos era a puro VHS inalámbrico. A veces cuando nos levantábamos a las 2 de la madrugada al baño y lo mirábamos a él viendo videos de fútbol, ya en la mañana siguiente tenía unas grandes ojeras. Uno decía que estaba loco por tanta obsesión con el fútbol, pero él dio ese ejemplo a todos y le seguimos”, contó Primi.



Anécdotas

“Hay muchas, es difícil enumerarlas. Cuando viajábamos él tenía mucho miedo al avión, también bromeaba mucho con Javier Toledo (Q.E.P.D.). Una vez estábamos en la playa, nos habíamos reunido previo al mundial, y Chelato se salió del grupo, tomó rumbo hacia una canoa que recién llegaba, y después venía con un pescado. Nos preguntó: “¿Saben por qué murió el pescado?”, respondimos que porque mordió el anzuelo y comió la carnada, y dijo “No, la mataron por boca abierta, así como anda Toledo en el en la cancha, boca abierta” (risas), ya luego Javier se enojaba y los demás gozábamos. Así fue la relación que él manejaba con nosotros y que de alguna manera nos hacía sentir bien porque la exigencia era máxima, él corregía hasta el más mínimo detalle, como nuestro parado en el campo y todas esas cosas que en particular me tocaron.

Para cerrar, se le consultó a Primi qué fue lo que pasó en el camerino cuando se marcharon al descanso venciendo en el mundial 0-1 al anfitrión España y lo que sucedió después del duelo. Esto fue lo que dijo.

Foto: Diez

La Selección de Honduras concretó una brillante participación en el Mundial de España 1982 donde empató 1-1 ante el anfitrión, 1-1 ante Irlanda del Norte y perdió 1-0 ante Yugoslavia. “No hubo celebración porque faltaban 45 minutos. Él nos pidió que teníamos que enfocarnos en lo que veníamos haciendo, que había que mejorar algunas cosas. Después del partido sí hubo satisfacción de haber empatado al equipo local y justamente comentaba que el día siguiente que regresamos a Zaragoza nos invitó a ver el partido de nuevo, y no había ni empezado el duelo cuando ya nos empezaba a hacer críticas, “miren como están parados, miren esto y lo otro”.

Hubo un momento en el que un jugador se salió de la concentración porque no aguantaba al profe, él decía que ni siquiera nos daba las gracias por haber empatado el partido. Luego salimos Jaime Villegas, Héctor “Pecho de Águila” Zelaya y yo para calmarlo y hacerlo entrar en razón. Con Chelato no había algarabías, solo cumplimiento de trabajo y la felicidad era solamente propia de cada jugador” concluyó.