Liga Nacional

Chelato parte I: 'Me gustaría morir en paz, sin una agonía dolorosa'

Chelato uclés se sinceró y hace confesiones importantes. Dice que lloró cuando falleció su primera novia

2016-06-28

Tomamos café. Comimos algo para mitigar el hambre. La plática, como suele suceder con el maestro Uclés, fue extensa. El día no es suficiente para conversar con un hombre tan genial como él. Caminamos por el centro de Tegucigalpa, su lugar favorito. Su salud es buena y eso nos tiene contentos a todos.

Maestro, ¿cómo pudo convertirse en el mejor entrenador de Honduras sin haber jugado fútbol?
Claro que jugué, estuve en el Atlético Español, lo que pasa es que en esa época no había medios de difusión masivos en crónica deportiva, como lo es ahora, estuve en el equipo cuando logró un récord de tres años consecutivos de ascenso, estuvimos en segunda, en primera B y en primera A, siempre quedamos en los primeros cuatro clasificados para ir a la Liga Nacional.

¿En qué posición jugaba?
Jugaba en varias posiciones, porque yo tenía una cualidad, sabía leer el juego, pero prefería hacerlo como volante por derecha, también lo hice como defensa central. No tenía ninguna dificultad para manejar diferentes posiciones.

La gente dice que usted nunca le pegó a una pelota.
No, están equivocados, claro que sí sabía pegarle a la pelota, te contaré una anécdota, cuando entrenaba al Olimpia, me gustaba que el balón en los tiros de esquina fueran al primer palo para buscar la peinada y a mí, me tocaba realizar los lanzamientos de esquina para que los muchachos vieran cómo se hacía. Un día le dije a Juan Carlos Espinoza que los tiraran ellos, que yo no jugaba, de nada sirve que yo los tire en los entrenamientos y en los partidos lo lancen ustedes. Claro que tenía mi toque fino a la pelota.

¿Cómo nace eso en usted de ser entrenador de fútbol?
Cuando me vengo de mi pueblo, Soledad, El Paraíso, tenía entre diez a once años, desconocía todo, pero siempre andaba jugando potras callejeras, en la primera avenida, más lo que yo sentía en la casa, porque mis tíos eran jugadores. Me refiero a los hermanos Uclés, todos ellos jugadores de primer nivel, eran destacados en el país, eran cuatro hermanos, tres estaban en el Motagua y uno en el Olimpia.

¿Acláreme eso de su nombre artístico. Usted se llama José de la Paz Herrera ¿De dónde se origina Chelato Uclés?
Uclés, porque como ya te dije, vivía con una familia de jugadores muy conocidos en su época, eran grandes futbolistas. Lo de Chelato es un apodo. Tenía una muletilla en mi pueblo de andar diciendo ‘che, esto, che lo otro’, así como ‘dejá de hacer eso’, luego me gustaba agregarle a los nombres de las personas la frase lato. Te daré un ejemplo, yo te hubiera llamado “Limberlato”. Si alguien se llamaba Denis, yo le decía Denislato. Un día a un primo le dije su nombre con la frase lato y no le gustó, entonces me gritó, tranquilo Chelato. A mí tampoco me gustó el nombre de Chelato, me molesté y aquella cosa novedosa impactó a los demás y se me quedó hasta el día de hoy.

¿Maestro, usted se disculpó con Rafael Ferrari cuando un día lo acusó de padecer de alzhéimer?
No fue necesario. Yo le agradezco al señor Ferrari porque mostró mucha nobleza con mi enfermedad. Lo que pasa es que él me estaba calumniando, había dicho una mala expresión sobre mí, nunca nos guardamos ningún tipo de rencor, me debía un premio que había ganado en El Salvador (Uncaf 2007) y no me lo pagaron, en ese torneo se dio la mayor goleada de Honduras y no me lo cancelaron.

¿Por cierto, cómo está su pierna, la va a perder o seguirá por un buen tiempo caminando con normalidad?
Mejor que nunca, cicatrizando, me extraña que me preguntes, si recién nos vimos en la ciudad de Tela y me viste caminando tranquilo.

Limber Pérez mientras platicaba con el entrenador hondureño José de la Paz Herrera en Tegucigalpa.

¿Le tiene miedo a la muerte?
Por ahora sí, es que creo que puedo seguir construyendo muchas cosas más, por eso le pediré a Dios que me mantenga más tiempo en esta tierra.

¿No le parece que una de las razones por las que usted evita morirse es por las 50 mil bolas que le dan del Congreso todos los meses?
No, para nada, siempre he vivido sin mucho dinero, aún me siento fuerte. La muerte no pasa por mi cabeza.

¿Ha pensado algún día en cómo debería morir?
Sí, claro, me gustaría morir en paz y con mucha tranquilidad, no tener una agonía dolorosa.

¿Usted cree que cuando muera, Honduras lo va a llorar?
Con la manifestación que dio la gente a raíz de mi problema con mi pie, me convenció que soy muy aceptado en el país, por lo tanto, alguien deberá de llorar mi muerte.

Nunca se interesó en formar un hogar con una dama, está en las últimas y está solo. ¿Qué pasó, por qué tanta irresponsabilidad?
No fue una irresponsabilidad de mi parte no formar un hogar y estar con esa persona, lo que pasó es que con la mujer que lo quise hacer, con la que me quería casar, no pude.

Hábleme de esa mujer, maestro.
La perdí, andábamos de novio, todo era felicidad, pero tuve que irme para Argentina a estudiar, se llamaba América Zaldívar, era el amor de mi vida, yo tenía más de 25 años y tenía muchas cosas planteadas, y una era casarme con ella, cometí un error, por cábala no le quise decir de la beca que tenía para Argentina, es que cuando uno cuenta las cosas no le salen. Y le dije justo el momento que me iba, dos o tres días antes, por eso se vino la separación.

¿Qué sabe de ella?
Falleció.

¿La lloró?
Claro que la lloré. Ella se casó y cuando se enfermó la fui a ver, me conmovió verla enferma, solo pensé que yo la pude haber cuidado, era una auténtica dama. Tenía mucha rectitud. Luego salí con ciertas mujeres, pero no encontré a alguien que igualara a América, fue letal para mí hacer comparaciones, ella murió en la fecha del huracán Mitch, me ha picado eso de la importancia que tiene el amor, todo el tiempo la pasé comparando, nadie llegó a ponerse al nivel de ella.

Maestro, en otro tema, en tanto tiempo de dirigir, ¿tuvo la oportunidad de recomendar jugadores de Honduras a nivel internacional?
Claro, siempre me llamaban. En el caso del ‘Macho’ Figueroa, me pidieron un delantero y ese era Betancourt, pero les expliqué que ya tenía un compromiso en Francia y les dije que había alguien que no era el goleador, pero que tenía una gran patada, y ese era el ‘Macho’, les expliqué que lo podían localizar en La Ceiba.

¿A qué otros jugadores recomendó a nivel internacional?
A Arnold Cruz y Pineda Chacón, por eso es que Alex es bien agradecido conmigo y me trajo estos tenis especiales para pies diabético, no solo por eso, sino que en Olimpia creció futbolísticamente conmigo hasta convertirse en un goleador de liga, ganó un título de goleo, aprendió el asunto de hacer goles. A Arnold Cruz se lo recomendé a Bracamontes, también recomendé al Primi al Tenerife, recuerdo que me preguntaron donde podíamos conseguir a un jugador con las características del Primi y rápido les contesté. Fíchenlo a él. Está en forma, no lo duden, les dije.

FRASE: 'Los entrenadores de ahora, a pesar que fueron grandes jugadores, se tiran solos y creen que se las saben todas, no tienen grandes proyecciones”.

CONTINUARÁ LA SEGUNDA PARTE EN BREVE.... Hablando de fútbol y sus anécdotas