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Este joven es una de las promesas del fútbol hondureño, su talento y calidad le han permitido disputar un Mundial Sub-20, además de formar parte de la Selección olímpica que participará en los Juegos de Río de Janeiro.
Él sabe que aún tiene mucho camino por recorrer, solo el trabajo y enfoque le permitirán alcanzar sus metas.
Al mediocampista aurinegro lo sacamos esta semana de la cancha para meterlo en un taller de carpintería y ebanistería donde probamos sus cualidades con la madera.
Durante el reto, este chico introvertido, pero muy elocuente al momento de hablar, demostró ser todoterreno, que no se raja en las pruebas.
Todos tenemos una historia que contar, ¿cuál es la suya?
Mi vida siempre ha sido el balompié, es más, el patio de mi casa es el campo de fútbol de la aldea (En El Porvenir, Atlántida), después de salir de la escuela almorzaba y me iba a jugar ahí, me daban las ocho de la noche en la cancha. Cuando tenía 12 años viajé a San Pedro Sula con un grupo de jugadores, éramos como 11 o 12 que fuimos a hacer una prueba a segunda con el profesor Rodríguez, él había pedido que le mandaran jóvenes de 17 a 18 años a probarse, pero yo también vine a pesar de ser solo un niño y de todo el grupo solo yo me quedé, me ofrecieron prepararme en Real España, pues así fue como comencé toda mi carrera desde las inferiores con el equipo, estuve en mosco, premosco, infantil, liga mayor, especiales, reservas y primera división. Debuté en Liga Nacional con el profesor Pepe Treviño en 2013, en un partido ante el Atlético Choloma y quedamos 2-2.
¿A los 12 años dejó a su familia por comenzar su formación profesional?
Fue difícil separarme de mi familia a una corta edad, extrañaba a mis padres, pero ellos me decían que si yo quería cumplir mi sueño debía sacrificarme, que sería duro, pero que al final tendría mi recompensa. A veces yo quise regresarme a mi casa, pero ellos me decían que luchara por mis metas.
Su familia es futbolera, ¿cierto?
Toda mi familia es súper futbolera, un tío que se llama Nahún Banegas fue el primero en jugar en un equipo de liga, fue en el Vida. Incluso, teníamos un equipo llamado los Banegas, que estaba conformado por la familia Banegas-Benavídez, ahí jugaban mis tíos, primos y mi papá, yo participaba de vez en cuando, lo que pasa es que allá el fútbol es un poco violento.
¿Su nombre tiene algún origen?
Es algo que siempre le pregunté a mi papá, él me dijo que quería ponerme un nombre que fuera único, que no lo tuviera nadie, por eso me puso Jhow, un nombre para algunos un poco raro.
¿Profesionalmente, el 2015 ha sido su mejor año?
Pienso que sí, a nivel futbolístico ha sido el mejor año de mi carrera, logré muchas cosas que para un joven jugador es difícil de alcanzar, se concretó el sueño de disputar un mundial, el de Nueva Zelanda con la Sub-20, fui el capitán del equipo aunque las cosas no salieron bien, pero sí disfruté ese momento. Luego se dio el llamado y clasificación a los Juegos Olímpicos, el profe Pinto me ha dado la oportunidad también.
De ese mundial de Nueva Zelanda, ¿con qué se quedó?
Con todo lo que me ayudó a crecer como persona y como futbolista, ese tipo de partidos de alta exigencia internacional le sirven mucho a uno como jugador. El haber podido estar ahí en ese mundial y entonar el Himno Nacional hacía que la piel se me erizara. Una competencia de esas no es fácil, porque tienes que seguir reglas, había prohibiciones en las concentraciones y bueno no podías actuar libremente, pero eso es lo que te ayuda a profesionalizarte más, son experiencias que uno nunca olvidará.
¿A usted, las cosas buenas que le han pasado no lo han mareado o le han hecho perder el piso?
Bueno, eso suele pasar que uno de joven se agrande, pero en mi caso nunca he dejado de ser el mismo Jhow, mantengo los pies sobre la tierra, creo que aún no he logrado nada como para marearme, al contrario, tengo que seguir trabajando para lograr cosas importantes en mi vida.
Sobre la difícil situación que vivió el equipo el torneo anterior, ¿qué fue lo más complicado para usted?
Pues llegar a casa después de cada partido y saber que no habías ganado, que llevabas varias fechas sin sumar y que habíamos tocado fondo y no salíamos del sótano, fueron momentos muy tristes los que vivimos. El descenso es tema del pasado ahora para nosotros; bueno, nunca fue nuestro presente a pesar de la incómoda posición en que estuvimos.
Ahora se viene el derbi de la ciudad, ¿lo esperan con ansias?
Para ser sinceros estamos esperando con ansias el clásico, porque es un bonito partido para mostrarse y hacer las cosas bien.
¿Real España está para campeón?
Sí, Real España está para campeón, no comenzamos bien la primera fecha, pero hemos venido mejorando, trabajaremos duro para buscar resultados positivos jornada a jornada.
¿Se ve en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro?
Pienso que sí, pero hace falta, tengo que trabajar duro para estar en la lista definitiva. El profe Pinto nos ha dicho que el trabajo que hagamos con nuestros equipos será clave para ser tomando en cuenta en la olímpica, nos ha mencionado que iremos a los Juegos por una medalla, que nos vendremos, pero con una presea colgada.
ALGO MÁS...
Su familia: Somos seis hijos, cuatro varones y dos mujeres, mi padre está ahora en Estados Unidos y mi madre pasa en la casa.
El consejo de su padre: Que siga trabajando duro, que me mantenga como titular, que para él es un orgullo verme en la Selección.
En sus tiempos libres: Si no estoy entrenando o concentrado, paso en casa viendo televisión, voy ocasionalmente al gimnasio.
Un Sueño por cumplir: Salir a jugar al extranjero, me gustaría llegar a algún club de la Premier League.
EL RETO MÁS COMPLETO..
Debo reconocer que ha sido el reportaje más completo que he hecho, Jhow soportó las cuatro horas en el taller, los muchachos nos trataron de maravilla.
