Fue entonces como decidió no seguir jugando en primera división y se dedicó a administrar el negocio que les heredó su padre junto a su hermano. La compra de chatarra y objetos reciclables ahora le deja buena ganancia y así se alejó de las canchas en silencio.
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Pero antes de colgar las botas, se fue al Atlético Limeño de la Liga de Ascenso y al ver que el fútbol en esta división es bastante amateur, determinó arropar la carrera de entrenador, misma que inició cuando estaba activo y ahora tiene un proyecto de escuela para menores de 14 años en Puerto Cortés.
En su oficina, ubicada en esa ciudad, hay un cuadro con una foto de Platense en la que sobresale él. “Ahí estamos cuando movíamos el queso en el Tiburón”, dice “Kubala” mientras limpia el polvo del viejo cuadro porque recién se ha movido a su oficina.
Las pacas de chatarra con el peso exacto señalado en números grandes y los trabajadores a un costado de la oficina pesando hierro y otros elementos reciclabes, se confunden con el nuevo ambiente que rodea a “Kubalita”, quien cambió el balón y los tacos por una balanza para pesar chatarra.
En Puerto Cortés, todos los que se dedican a la recolección de productos reciclabes saben que donde el “Kubalita” se los compran.
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Este es un negocio de muchos años que fue creado por su padre, Santos Díaz, el famoso “Kubala”, quien era uno de los recolectores más famosos del Puerto.
Francisco estuvo 12 años en las filas de Platense y en los últimos cinco años fue el capitán. “Gracias a Dios traté de ser buen ejemplo. Cuando estuve en el equipo había mucho compañerismo, me cuentan que ahora es diferente. Algunos compañeros me dicen que la cosa no está bien, algunos jugadores cobran, otros no y en un equipo eso no se puede dar”, contó.
Una persona visionaria no tiene reparos cuando el fútbol le pone un alto en su carrera, así como le pasó a Francisco Díaz que de la noche a la mañana y con solo 30 años de edad, determinó no seguir jugando más de forma profesional, aunque tenía para dar mucho.
Recuerda que cuando estaba en plena faena en el Platense, decidió matricularse en la escuela de entrenadores junto a Rony Morales y otros exjugadores para estudiar la carrera que siempre le gustó. Logró sacar el primer nivel y ahora tiene una escuela en Puerto Cortés para formar el nuevo talento.
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“El fútbol me dejó cosas bonitas como mi esposa, a quien conocí por el deporte y nos matriculamos en la Universidad, ahora tengo dos hermosos varones que quiero que sean futbolistas. Gracias a Dios por Platense pasaron grandes jugadores como Mauricio Pacini, Denilson Costa, Henry Enamorado, quienes fueron mis consejeros”, dijo.
La visión del exjugador de Platense es que su hijo pueda llegar a la Liga Nacional para seguir con la dinastía de los “Kubala”. Dice que ahora su pequeño Joshua, de 10 años, va por buen camino.
A Francisco todavía le quedan algunos remordimientos por la forma en que a veces se trata al jugador del Platense y lamenta la falta de liderazgo en la institución que no va muy bien en el torneo actual.
“Me gustaría ser asistente técnico en un club, no descarto Platense, pero si no mejoran algunas cosas sería muy difícil”, finalizó el exjugador selacio.