A sus 15 años Roberto Carlos López tuvo su primera oportunidad en el Broncos de Choluteca, en ese momento trabajaba como soldador en La Lima, su ciudad natal, para la Tela Railroad Company, pero su aventura en el sur de Honduras no fue buena y a los 16 años firmó con el Marathón que en ese entonces era dirigido por Hernán García Martínez.
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Inicialmente fue enviado a la reservas que para ese año participa en segunda división, luego fue subido al primer equipo por las constantes convocatorias a la selección de Víctor Coello y cuando por fin se abrió la oportunidad de jugar, el club verdolaga decidió fichar al panameño Donaldo González y se esfumó su ilusión.
Y fue en el 2001 cuando decidió hacer su primer viaje a Estados Unidos decepcionado del fútbol, pero por dentro sabía que tendría revancha.
Estuvo unos años allá hasta que Platense le abrió la oportunidad de volver, se vino, hizo pretemporada, le ofrecieron un contrato de varios años y eso lo puso en duda, lo rechazó y se marchó al Vida con quien solo estuvo tres meses y decidió regresarse a Estados Unidos.
Para el 2007 Real España lo hizo volver, jugó varios partidos, pero a la larga tampoco le fue bien. El argentino Mario Zanabria prefería a Orlin Vallecillo y Marcelo Macías, él era el tercer arquero y con el paso de los meses nuevamente se frustró su sueño y desde 2008 se fue a Estados Unidos para no volver más más.
LA DURA PRUEBA EN LA ACTUALIDAD
Roberto Carlos cumplirá 36 años años y regresarse al norte en el 2008 fue su mejor decisión, ya tiene 10 años continuos en el país de las barras y las estrellas, fundó su propia compañía ( Rocas Welding) y se ha convertido en un catracho de éxito en Durham, Carolina del Norte.
'Es de soldadura industrial, soy el fundador desde marzo del 2014. Nuestro mejor producto es la soldadura de tuberías de alta presión en las industrias químicas petrofarmaceutica, plantas procesadoras de alimentos, plantas de aguas tratables y potables, también en plantas de vapor y energía eléctrica', cuenta.
'Mi vida ahora acá es como la de la mayoría de los inmigrantes que vienen a este país: Trabajar pagar miles de dólares,cuidar la familia, soportar la presión del trabajo, siempre buscar la forma de cómo poder vivir mejor', dice.
Pero no todo es color de rosa, el ex portero vive uno de los momentos más complicados de su vida. Su hijo Jonathan, de 14 años, ha sido diagnosticado con un extraño cáncer, se llama osteosarcoma, esta enfermedad se presente en adolescentes y tiende a ocurrir en los huesos.
Actualmente a Jonathan le ha dañado la parte de su brazo derecho, para hacer exactos en el bíceps y tiene algunas manchas en el área de los pulmones. 'Ha sido muy difícil, él no vive conmigo, pero siempre he estado allí al pendiente, me toca estar viajando a Nueva York muy seguido para estar con él y demostrarle que no está solo que tiene a su padre y a su madre.
Aparte de nosotros hay un mundo de gente física y espiritualmente peleando con oraciones, esa batalla de un grupo de médicos muy especiales en fin, tiene todo el apoyo y la misericordia de Jesucristo que está a la diestra del padre intercediendo por él', dice con fe Roberto Carlos.
Lopez acepta que esta dura prueba que vive le está dejando mucho aprendizaje: 'Me enseña que yo soy solo un hombre y que esta situación está afuera de mi control, que necesito ir a los pies de nuestro sanador y aceptar que lo necesito para que sane a mi hijo porque muchas veces, no te lo voy a negar, me he sentido realizado y he creído que lo que he hecho yo con mis propias fuerzas y no es así es Dios que ha puesto la fuerza, la sabiduría y la gracia en mi', revela.
NO DEJA EL FÚTBOL
Además de manejar su empresa, Roberto Carlos también juega un equipo de fútbol, se llama Marathón NCUSA y es uno de los más populares en Carolina del Norte, él se mantiene activo jugando de titular, pero detrás de ese nombre hay una historia muy peculiar.
'El fútbol es parte de nuestra vida, es la válvula de escape que tenemos para liberar el estrés acumulado durante la semana de trabajo. Hace 2 años y medio los dueños de un equipo que se llamaba Chelsea me hicieron una propuesta para que jugara con ellos, me ofrecieron una cantidad de dinero por partido, me puse a sacar cuenta y para no negarme y no hacerlos sentir mal, les dije que la única forma que yo podía jugar con ellos era si le ponían Marathón al equipo así yo jugaría de corazón y por amor a la camisa.
Me dijeron que lo pensarían, creí que no lo aceptarían y me equivoque porque al siguiente día me llamaron y me comunicaron que iban a terminar el torneo actual, pero que al inicio del siguiente torneo el equipo se llamaría Marathón y pues yo les he apoyado en la cancha y extra cancha', contó.
A este Marathón de Carolina del Norte lo han integrado otros ex futbolistas que él ha llevado como Walter ' Pery' Martínez, Erick Norales, Fernando Mercado, Jorge Zaldivar, entre otros.
