2017-01-21
La determinación de
Donald Trump pudo haber tenido su génesis en el mundo del deporte, una faceta un tanto desconocida en la vida del nuevo presidente de los Estados Unidos. Antes de sumergirse definitivamente en el mundo de los negocios, tuvo una estrecha y exitosa relación con diferentes perfiles deportivos.
Tenía 17 años cuando decidió practicar deporte en la Academia Militar de Nueva York, a la que fue llevado por sus padres a los 13 años por problemas de comportamiento.
Antes de cumplir 20 años continuó dedicándose a los deportes. Practicó futbol. Siempre destacó y sus compañeros lo recuerdan con hambre de “ser el número uno. Ser notado. Reconocido”.
Los años pasaron, y se convirtió en un reconocido magnate y su relación con la actividad continuó: actualmente despunta el vicio con el golf, a la vez que invirtió en 14 canchas de golf a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Donald Trump —al centro— cuando practicó futbol, deporte en el que tuvo una aceptable competencia.
El balompié y el futbol americano, así como el baloncesto lo cobijaron, aunque él se destacó notablemente como lanzador de béisbol, uno de los favoritos de los norteamericanos.
El mandatario también jugó béisbol, deporte en el que fue sobresaliente.
El presidente electo de Estados Unidos —al centro— integró un equipo de futbol a los 17 años.
En 1983 incursionó en el mundo del futbol americano al comprar a los Generales de Nueva Jersey.