Pocas horas después del nacimiento de Alexis Olympia, se supo que la tenista había cerrado toda una planta del centro médico para preservar su intimidad, que fue un parto inducido y que el bebé había pesado tres kilos al nacer, pero luego de eso, la jugadora vivió un drama terrible.
Cinco meses después, Serena ha revelado que estuvo a punto de morir tras dar a luz. 'Casi muero tras dar a luz a mi hija, Olympia. Sin embargo me considero afortunada', así empieza su relato la gran estrella del tenis, que ha vuelto recientemente a las pistas tras su embarazo.
Williams escribió una carta que ha sido publicado por CNN y ahí relató todo lo que vivió. 'Tras un embarazo fácil mi hija nació por cesárea de emergencia, al bajar drásticamente su ritmo cardíaco durante las contracciones. La intervención fue bien. Tener a Olympia entre mis brazos fue la experiencia más increíble que ha sentido en mi vida. Pero lo que sucedió pasadas 24 horas del parto fueron seis días de incertidumbre', escribe Serena Williams.
La mediática tenista cuenta que sufrió una embolia pulmonar (tenía antecedentes en su historial clínico) y que se le abrió la cicatriz de la cesárea, por lo que tuvo que volver a pasar por el quirófano.
'Los médicos encontraron un gran hematoma y sangre coagulada en mi abdomen, por lo que tuve que volver a operarme para evitar que los coágulos fuesen a mis pulmones', especifica la estadounidense.
'Tengo la suerte de haber sobrevivido', recordó la considerada mejor tenista de la última década.
'Quiero agradecer a los servicios médicos y auxiliares de enfermería. Sabían exactamente qué hacer ante cada situación. Si no fuera por su cuidado profesional... hoy no estaría aquí', concluyó.
