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Inga Arvad, la mujer que fue ''amiga'' de Hitler y novia de John F. Keneddy

El FBI investigó a la periodista danesa, al sospechar que era una espía nazi en plena Segunda Guerra Mundial.

2015-10-03

En pleno progreso de la Segunda Guerra Mundial, John Kennedy, con apenas 24 años de edad, quien en 1960 sería presidente de Estados Unidos de América y que en esa fecha trabajaba en la inteligencia de la marina, presentó a una nueva novia. Se trataba de una periodista danesa, separada, llamada Inga Arvad, de 28 años.

Era una mujer atractiva, ex reina de belleza, profesional y de mucho mundo. Parecía un buen proyecto para el joven Kennedy, cuyo padre ya tenia planes para lanzar su carrera política.

Pero Arvad tenía una peculiaridad que alarmó, incluso, a la oficina central del FBI: ella había entrevistado personalmente a lo menos dos veces a Adolfo Hitler.

Las reuniones con el dictador nazi se llevaron a cabo en 1935 y fueron extensas, donde cosecharon un vínculo especial. La joven periodista estableció varias redes con la cúpula nazi.

De hecho, las entrevistas con el ''Fuhrer'' se llevaron a cabo gracias a la intervención de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Reich.

Arvad, además, asistió al matrimonio de Hermann Goering, otro de los cabecillas del régimen nazi. La reportera también fue invitada especial de Hitler a los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.

En una de las entrevistas hecha al líder nazi, la danesa destaca la profundidad de su mirada: ''Sus ojos reflejan soledad, pero un buen corazón. Ellos brillan con fuerza''. En tanto, Hitler describía a Arvad como ''un ejemplo perfecto de la belleza nórdica''.

Después, la periodista emigró a Nueva York para seguir estudios en la Universidad de Columbia, a comienzos de los 40, en plena guerra. Fue en noviembre de 1941 cuando comenzó una relación amorosa con Kennedy.

Rápidamente, todos los antecedentes que vinculaban a Arvad con Hitler y su régimen llegaron a las oficinas del FBI. Después de todo, esta “amiga” del dictador alemán ahora aparecía como pareja de un alférez que trabajaba en inteligencia de la marina y era hijo de un ex embajador de Estados Unidos en el Reino Unido.

La marina también tomó cartas en el asunto. Veían a Arvad como una especie de Mata Hari.

Al final, la pareja se separó y las investigaciones sobre la periodista nunca establecieron algún delito.

Arvad vivió toda su vida en Estados Unidos, donde se trasformó en una reputada critica de cine. Sobre su relación con Kennedy y la investigación de FBI ella declaraba: ''Son cosas que pasan''. Falleció en 1973, en Arizona.