Durante la carrera, Hamblin se fue al suelo y D'Agostino, que iba detrás, tropezó y también fue a impactar en el piso.
A pear de haberse dañado la rodilla, la atleta estadounidense ayudó a la neozelandesa a levantarse y la incentivó a alcanzar la meta: 'levántate, levántate, tenemos que terminar, esto son los Juegos Olímpicos'.
Nikki Hamblin y Abbey D'Agostino entraron en la línea de la meta como penúltima y última, respectivamente, tras lo cual se abrazaron. Como consecuencia de su articulación dañada, la atleta estadounidense tuvo que ser trasladada en una silla de ruedas, pero abandonó el recinto con una gran sonrisa.
Hamblin no conocía a D'Agostino antes de este evento, pero ahora asegura que 'nunca se olvidará' del momento en que la corredora norteamericana mostró su verdadero 'espíritu olímpico'.