Por: Margie Vijil.
La Liga de Voleibol en Tegucigalpa se encuentra sumida en una prolongada inactividad que ha despertado preocupación y descontento entre los jugadores, entrenadores y aficionados de este deporte.
Según información obtenida por Diario Diez, la liga de voleibol ha estado paralizada desde el 2023 en la capital hondureña, sumando varios meses de ausencia en las actividades deportivas para algunas divisiones.
De acuerdo a Daniel Salinas, jugador de voleibol, este problema comenzó a manifestarse hace dos años, con una demora significativa por parte de las autoridades en la reanudación de las competencias.
La interrupción de la liga no ocurrió en una fecha específica, sino de manera progresiva en las diferentes divisiones. “En mi caso, jugué mi último partido (fase de grupos) el 4 de noviembre del 2023”, compartió Salinas, visiblemente afectado por la situación. Sin embargo, otras divisiones como la B femenina detuvieron sus partidos desde julio del año pasado.
Las supuestas razones detrás de esta pausa son variadas, pero una de las más mencionadas alrededor de este parón es la falta de disponibilidad de canchas. La inactividad ha tenido un impacto significativo en los equipos y jugadores, especialmente en aquellos que buscan mantenerse activos y mejorar su nivel.
“Al detenerse la liga, muchos nos quedamos con la única herramienta que tenemos para mantenernos activos. Asimismo, los equipos al ver esta pausa, se desaniman en continuar sus entrenamientos con sus respectivos equipos y poco a poco se disipa el interés”, añadió Salinas.
Según la información compartida por la página Voleibol Tegucigalpa en Instagram, las autoridades y delegados de los equipos han sostenido una reunión para considerar la reapertura de la liga en abril. No obstante, esto aún queda por confirmarse, y la falta de comunicación oficial ha generado incertidumbre entre los jugadores.
El descontento entre los integrantes es palpable, con muchos considerando la posibilidad de retirarse de la liga debido a esta prolongada pausa. Y es que, también existe un sabor amargo debido a que la competición se detuvo abruptamente mientras se disputaba la fase de grupos y está la posibilidad de querer reanudarla donde quedó, lo que ha generado preocupación, ya que el ritmo de juego se ha perdido y esto podría afectar el nivel de competencia.
En medio de esta pausa forzada, el mantenimiento de la forma física y el entrenamiento se ha vuelto un desafío. “En mi club, las categorías continúan entrenando. Por otro lado, muchos equipos han frenado sus entrenamientos, pues no es rentable invertir en una cancha para entrenar si no contamos con una liga”, señaló el jugador.
Los jugadores, entrenadores y apasionados del voleibol hacen un llamado a las autoridades pertinentes para que tomen conciencia de la situación.
Si bien algunos juegan por diversión, para los seleccionados esta inactividad representa un retroceso en su desarrollo como atletas. También hacen un llamado a la unidad entre los voleibolistas para mantener vivo el deporte y recuperar el prestigio del deporte a nivel centroamericano. Ante la incertidumbre, los integrantes de la liga se han unido en una pregunta que resuena en las redes sociales: “¿Qué está pasando con la liga de voleibol?”.
La irresolución y la falta de comunicación han marcado esta etapa de inactividad en la liga de voleibol de Tegucigalpa. Los atletas esperan que las autoridades tomen medidas prontas para resolver esta situación y así poder volver a disfrutar de este apasionante deporte que tanto aman.
