Cada año el exatleta paraolímpico,
Josh Sundquist, encuentra el disfraz perfecto para Halloween. Una lámpara, una galleta, un flamenco y una figura de futbolito han sido los atuendos que el participante en
Ski slalom en los Juegos Paraolímpicos de Turín 2006 vistió para ganar premios de Halloween.
A los nueve años, un extraño cáncer de huesos le dio apenas el 50% de probabilidad de vida. Un largo tratamiento de quimioterapia finalizó con la noticia que se había curado totalmente de la enfermedad a los 13, pero ésta le costó su pierna izquierda.
Josh Sundquist sorprende cada año con nuevos disfraces.
“
En el colegio utilicé una prótesis porque no quería que nadie se enterara que me faltaba una pierna. Ahora me siento más confiado con quién soy y cómo me veo” precisó el joven que nunca se limitó. En 2006 fue nombrado dentro del equipo de Ski de Estados Unidos que iba a representar al país en los Juegos Paraolímpicos que se llevaron a cabo en Turín. Y además fue convocado para hacer parte del equipo de fútbol de amputados del país norteamericano.
Hasta de futbolista se ha vestido Josh Sundquist.
Aunque en los últimos años
se ha dedicado a ofrecer charlas motivacionales en los colegios estadounidenses, su creatividad combinándose con la superación personal y la diversión, lo llevaron a hacer de Halloween una época perfecta para aprovechar su condición y crear los trajes más llamativos.
“Siempre he tratado la discapacidad con mi gran sentido del humor” dijo Sundquist, que este año se 'pegó' a un tubo, se colgó de él y en su pie derecho se colocó un bloque como el que las figuritas del juego a dicha altura de su cuerpo poseen. “Creo que con estos disfraces pueden ver que celebro aprovechando lo que me hace diferente”.
Josh Sundquist se ha vestido de mujer para hacer reir a muchos.