El evento tenía como propósito colaborar con los niños de la sala de pediatría del hospital Mario Rivas.
Los participantes fueron recibidos con venta de comida, música y calentamiento con zumba en el día más colorido del año como se le denomina a esta actividad.
En la gran fiesta del color participan sampedranos y pobladores de los municipios aledaños que disfrutan de esta bonita actividad para vivir una experiencia única, donde las familias comparten para llevar un granito de amor y esperanza a través del deporte.
Ya en la carrera, la primera fase, el kilómetro uno de los cinco que contenía el circuito, arrancó desde las 7:30 am, posteriormente y en cada una de las estaciones en las que imperaron diferentes estilos musicales y al son de los tambores con las bandas de guerra, las personas no solo se divirtieron corriendo y bailando, sino también para tomarse las famosas selfies.
Desde niños, adultos y ancianos, todos disfrutaron a lo grande. No existió impedimento de edades, tampoco restricciones de género, la idea siempre fue ayudar a los más necesitados por medio de una carrera divertida, colorida y llena de magia.
Policías preventivos de Tránsito, Amigos Municipales de Tránsito y personal de Copeco se sumaron a esta actividad.