No Todo es Futbol

Rolando Palacios: 'Estuve en Jamaica, pero nunca fumé marihuana'

El velocista hondureño admite que su preparación en jamaica, junto a Usain Bolt, 'fue un fracaso'.

2016-06-21

Fue campeón de Centroamérica y del Caribe en los Juegos de Veracruz 2014 y muchos esperaban grandes cosas del atleta catracho Rolando Palacios.

Pero su carrera ha tenido tantos altibajos que también ha sufrido por las críticas. Hoy trata de salir bien librado en una “carrera” con Limber Pérez.

Normalmente en nuestras comunidades garífunas te dedicas a un deporte, a estudiar o a pescar. ¿Qué hacías vos antes de los 14 años?
No me dedicaba a nada, mi madre trabajaba rifando cosas por medio de la ‘chica’, ella siempre fue una luchadora, se iba a ejercer su trabajo, me dejaba en casa cuidando a mi hermano menor, ella visitaba varias comunidades, yo tenía que cocinar para que todos comiéramos, mi especialidad era arroz con huevo y carne; vos sabés que en las comunidades es un poco difícil sobrevivir. Mi vida fue muy dura y de remate ella fue una madre soltera.

¿Había dificultades económicas en casa?
No tanto, porque mis hermanos viajaban a trabajar a México y conseguían un poco de dinero, no eran coyotes, para nada; además, en ese tiempo yo tenía dos hermanos viviendo en Estados Unidos que aportaban en algo, no crecí en pobreza extrema, pero en su momento había ocasiones que teníamos algunas carencias, como niño y como adolescente necesité varias cosas de las que no tuve acceso.

Foto: Diez

¿Qué cosas extrañabas en ese momento para sentirte un niño o adolescente realizado y feliz?
Extrañaba tener buena ropa, recordá que en aquellos tiempos el que recibía vestimenta de la USA, en el pueblo era el más famoso y admirado por todos y tenía varias novias, era el que agarraba más, y yo no tenía la adecuada, no andaba a la moda, siempre me gustaba algo y nadie me facilitaba nada, nunca andaba con mis buenas pintas, anhelé andar una cadena y nunca la pude tener.

En las comunidades garífunas, en esa época de las que vos te quejás que no tenías tus pintas, normalmente el que mejor vestía y andaba su cadena, ese acaparaba a las chicas, vos no tenías nada, ¿lograste acaparar algo?
Nada, estaba fregado, qué iba a acaparar sin tener nada, iba a la fiesta y nadie bailaba conmigo, me arrimaba a la pared y de ahí miraba todo, además, yo era un niño tímido, siempre tuve pena de decirle a alguien que bailara conmigo, siempre creí que si me decía no, que era lo más probable, me iba a sentir mal.

¿Qué tanto te acomplejaba? ¿Cuál era el miedo, que las chicas te dijeran no o porque no andabas todo un galán? Rolando, me das a entender que ibas a la disco con harapos.
Que no bailaran conmigo, siempre sentí vergüenza cuando alguien me despreciaba en la disco. Luego, todo se volvió en miedo para mí. No es que usara harapos, pero no andaba lejos, no podía competir con los otros chicos. Un día una chica me dijo que le pagara la entrada a la disco, era en un horario de la tarde, solo bailaban niños. Acepté pagársela con la condición de que íbamos a bailar, solo entró y no volví a verla, creo que sintió pena de mí. Me sentí estafado, creo que la entrada estaba a dos lempiras.

Rolando, en tu pueblo aseguran que eras un niño muy tímido, pero que te peleabas con todo el mundo, ¿puede alguien ser cohibido y a la vez que le guste las peleas? Eras malvado.
Es verdad, me consideraban muy tímido y cuando me peleaba con alguien, le iban a dar la queja a mi mamá y porque ella sabía de mi timidez, no le creía a nadie que yo era capaz de pelear, era muy impulsivo, por ratos creí que era un chico muy malo.

¿Hiciste que tu mamá en algún momento se peleara por vos con alguien, con un vecino, un pariente?
Exactamente, varias veces.

Rolando, eras el diablo en tu época de niñez y adolescencia...
Esa es la verdad, un día una maestra, que por cierto ya no sabía qué hacer conmigo, me tiró un borrador, le di la queja a mi mamá y ella se fue a alegar con la maestra. Cada vez que veo a la profesora solo me recuerdo lo que vivió conmigo cuando yo era su alumno, en mi niñez siempre me gustó las peleas.

En las comunidades garífunas, los varones eligen ser futbolistas o pescadores, vos no podés hacer ninguna de las dos. ¿Cuál fue el problema?
Era malo para pescar, nunca fui en un cayuco a alta mar, pesqué de la orilla de la playa y de la olla; lo que pasa es que nunca me gustó el fútbol, además, no traía el talento como para ser un futbolista de élite.

Foto: Diez

Cuando escucho tu historia que no eras amante del fútbol y que pintabas para superar a Mike Tyson. ¿Cómo te metes al atletismo?
Me gustaba un juego en el pueblo que se llamaba libre, consiste en que alguien tiene que perseguirte, alcanzarte y tocarte la cabeza para salir del juego, nadie me agarraba, corría por todo el barrio de un lado para otro, no me daba cuenta que tenía el talento, te diré que cuando hacíamos los equipos para jugar libre, yo siempre iba con los más lentos, me gustaba jugar contra los mas rápidos y cuando me seguían no me alcanzaban. Era muy veloz. Otro deporte que a mí me gustaba era el béisbol, porque ahí se corre mucho, siempre me gustó correr.

Después de pasártela bien en tu pueblo, una vez que llegaste a la capital. ¿Te costó asimilar el ambiente y las costumbres ajenas?
Me costó, yo nunca había salido de mi pueblo, lo más lejos que había llegado era hasta La Ceiba, yo iba casi todos los lunes con mi mamá a comprar la comida para la casa, no había salido casi nunca, y cuando llego a Tegucigalpa, todo se me hizo extraño, era muy aburrido, llegué a inventar que mi abuela había fallecido para llegar al pueblo de nuevo.

¿Cuántas veces mataste a tu abuela?
Solo una vez, no fue lo correcto, mi mamá se enteró de lo que yo había hecho. El presidente del Comité Olímpico, Salvador Jiménez, llamó al teléfono comunitario de Sambo Creek a darle el pésame a mi mamá por la muerte de mi abuela. No le gustó lo que yo había hecho y me regañó, me puso claro, te regresas a Tegucigalpa o te vas de la casa. Aquí no hay lugar para vos. Eso me dijo mi mamá, tuve que regresar y aguantar.

Qué ondas con la comida, recordá que en tu pueblo comías machuca, tapado de pescado, comida pesada. Todo lo contrario a Tegucigalpa, tortillas, frijoles y huevo.
Me costó mucho, máxime cuando daban ensaladas en las comidas, brócoli, papas, yo no estaba acostumbrado a ese tipo de alimentación, yo venía de comer pescado, machuca, alabúndiga, un cambio a verdura no fue fácil para mí. Fue determinante la labor de mi entrenador, siempre me decía que me aguantara, ‘tenés buenas condiciones, pero debés acomodarte, dejá de pensar en los platos de tu pueblo y trabajá fuerte’, me decía mi entrenador.

¿Por qué te ha costado bastante cuando cruzas el continente?
Mirá, Limber, la psicología en este deporte es importante, por rato se dan muchas cosas, puedo decirte que me he destacado por mi esfuerzo, también he tenido muchas dificultades, hay que recordar que en Honduras por ratos te dejan solo.

¿Cuándo vas a ser el número uno del mundo?
Hay factores que impiden que sea el número uno del mundo, hay momentos que me siento bien para correr y pasa todo lo contrario, es determinante la parte psicológica en este deporte.

¿No te parece que es una excusa barata culpar a la psicología por no ganar nada cada vez que competís con los grandes?
No creo que sean excusas, son cosas que suceden, a veces uno está bien físicamente, pero la mente la tiene muy mal, a veces al revés, de la mente estás bien y del físico estás mal.

SOBRE SU PREPARACIÓN EN JAMAICA

Dicen que en Jamaica se vive la vida loca: marihuana, fiestas, sexo y alcohol. ¿En qué te involucraste?
En nada, no fui partidario del ambiente, en los dos años que estuve en Jamaica salí como dos veces por año. Estaba muy metido queriendo lograr el objetivo, que era bajar los tiempos, mis compañeros me decían que fuera a una fiesta, no iba, para nada, en mi estadía en Jamaica nunca bebí, creo que eso fue que me afectó, me dedicaba mucho al deporte y no me distraía en otras cosas, entrenaba de lunes a viernes y los sábados eran días libres y me quedaba en casa. Tenía un propósito, llegar entre los ocho mejores del mundo en los Juegos Olímpicos de Londres.

En Jamaica es normal fumar marihuana, ¿te echaste un ‘Bob Marley’ en alguna ocasión?
Estuve dos años, pero nunca fumé marihuana, desde niño no me ha llamado la atención fumar, no me gustan los vicios; un día, un amigo me invitó a dos cervezas, las tomé y luego vomité, no volví a beber.

Rolando, si no fumaste marihuana, no fuiste a la disco, entonces te enfrascaste en el sexo, no mejoraste tu tiempo, al contrario. lo subiste.
Nada de eso, siempre estuve pensando en las enfermedades. Las cosas en Jamaica son complicadas.

A Usain (Bolt) le gustan las mujeres, se da buenos placeres y es campeón del mundo.
Es que él sabe del ambiente y yo era extranjero, no podía hacer lo mismo que hacía él. Yo iba por un objetivo, fue una lástima no poder lograrlo, él vive la vida como la viven los jamaiquinos, yo no soy de Jamaica.

Hablando la neta, no mejoraste tu tiempo, no bebes, no fumas. No crees que te consumieron esas negras de Jamaica, te chuparon, Rolando...
La neta que no, nada que ver, ja, ja, ja...

¿Crees que no aprovechaste el tiempo en esos dos años que estuviste en Jamaica?
Sí, siento que fue un fracaso, aún no sé por qué, me dediqué al atletismo el tiempo que estuve en ese país, mi vida en Jamaica fue entrenar y descansar y estar listo para el próximo día de práctica.

Foto: Diez

AL PECHO

¿Qué problemas mentales has tenido en las grandes competencias que has participado? Rolando, el país ha esperado más de ti.
Normalmente, en todos los eventos que he competido me he destacado. En donde me ha ido mal fue el año pasado en los Panamericanos que se realizaron en Canadá. Yo me sentía muy bien de la mente y bien de la física, pero aparecí con anemia, me había propuesto estar entre los primeros ocho y no se dio.

¿Cómo fue posible que un atleta de élite como vos haya competido con anemia?
No me daba cuenta que tenía anemia, yo me hice el examen, antes había estado en Santo Domingo entrenando y puede ser que por la alimentación la agarré, no comía muy bien, yo comía plátano cocido con salami, eso era en la cena, sentí que no era la alimentación adecuada.

Me estás diciendo que en Canadá competiste con anemia, pudiste haber muerto.
Exactamente y no me daba cuenta, hasta después de competir me sentí muy débil y me fui a hacer un examen, ahí mismo en la villa, era un examen gratis para los atletas, la sorpresa es que salí con anemia. Luego me formulé varias preguntas. Concluí que venía con una mala alimentación de Santo Domingo, y nadie se daba cuenta.

Estuviste entrenando en Jamaica con Usain Bolt, no mejoraste tu tiempo. ¿A qué se debió?
Estuve dos años y no lo mejoré, tuve un bajón, me fui en 2010, no hablaba inglés. Al final tuve que aprender algo, el profesor me dijo que en un año tenía que mejorar, en 2011 entrené mejor que Usain, yo miraba que cuando hacía tramos de 200 metros, él hacía cinco y yo hacía seis, no estaba jugando.

¿Comías junto a Bolt en la misma mesa?
Yo vivía en un centro deportivo y él vivía en su casa, teníamos el mismo plan de entrenamiento, en 2012 que fui a entrenar a Inglaterra, practicamos juntos, siempre hacíamos pruebas de 250 metros.

Palacios, sabías que eres el deportista de Honduras que se da el lujo de entrenar al lado de los mejores del mundo, explícame por qué no has logrado dar ese paso soñado.
Me he quedado un poco corto, en 2011 no corrí nada y en 2012 bajé a 20.72 los 200 metros, creí que venía mejores marcas para mí, mi meta era llegar a 20.20. Le pregunté al profesor qué era lo que pasaba, había que esperar y seguir trabajando. Luego me lesioné en Londres y tuve que parar.

Foto: Diez

LO DIJO ROLANDO:

'Junto a un atleta panameño, fui el mejor de centroamérica. Él me ha ganado y yo igual, así nos hemos mantenido, me he destacado no solo en Centroamérica, lo he hecho en otros lugares, recordá que en 2014 fui campeón Centroamericano y del Caribe, es un estatus grande a nivel deportivo, es un logro que pesa en tu carrera deportiva'.

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