No Todo es Futbol
2016-10-10
Llega la hora de dormir, colocas la alarma en tu celular y seguidamente te duermes con el aparato a un lado mientras lo dejás cargando en la mesita de noche.
Ese suele ser el comportamiento de muchos usuarios de teléfono móvil al momento de irse a dormir pero según estudios, este comportamiento puede traer serios problemas a las personas que realizan esta actividad.
LOS PROBLEMAS EN LA SALUD
La Organización Mundial de la Salud ha indicado que los aparatos electrónicos en general (no sólo los móviles) son malos para el organismo y pueden aumentar las posibilidades de padecer cáncer.
Tienen a su vez efectos tóxicos, que si bien muchos científicos no reconocen, lo que si hay que saber es que los teléfonos se basan en radiaciones ionizantes y longitudes de onda. Una investigación en Australia demostró que hay una relación importante entre el uso de los smartphones y la esterilidad en los hombres, así como también una reducción de la calidad del esperma. Y en ambos sexos, un aumento de los cuadros de estrés.
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Las radiaciones que tienen los smartphones son realmente peligrosas y para nada aconsejables. Esto es así en cualquier momento del día, pero en las horas en que estamos durmiendo, puede conllevar a tener pesadillas, a no conciliar el sueño, a despertarse varias veces cada noche, etc. Esto provoca una alteración en el sistema de autorregulación de ciertos procesos, como por ejemplo, el del reloj biológico o los ritmos circadianos.
Más allá de tener el reloj despertador colocado en el móvil, es preciso apagarlo durante la noche. Porque por más de que no lo estemos usando, igualmente utiliza radiobases o radiofrecuencias. Esto quiere decir que los teléfonos están continuamente radiando ondas electromagnéticas a su entorno, no sólo cuando se está utilizando. Y colocarlo cerca de la cabeza al dormir, nos está “contagiando” de esas ondas que no nos hacen bien.
LAS POSIBLES SOLUCIONES AL PROBLEMA
Pero si no sabes qué hacer y deseas mantenerlo acerca hay algunas otras opciones que puedes tomar: La primera es apagarlo y dejarlo en el lugar de siempre, siempre teniendo en cuenta que el despertador esté programado igualmente.
La segunda es dejarlo encendido pero dejándolo en una habitación lejana, como puede ser la cocina o la sala. Esta alternativa es menos recomendable. Y si no te sientes a gusto apagando el móvil por las dudas de que quieran comunicarse contigo en la madrugada ante una emergencia, puedes al menos apagar la conexión a Internet o el WiFi, que es más peligroso que las radiofrecuencias por dejarlo encendido. Los expertos indican que por lo menos el móvil debe estar a un metro de nuestro cuerpo mientras dormimos. Lo podemos dejar, por ejemplo, encima del sofá o de una silla.
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Uno de los riesgos también relacionados a dejar el móvil en la mesilla de noche es que aumenta nuestros niveles de ansiedad, estamos vigilantes y expectantes de lo que ocurre a cada rato, nos despertamos en medio de la noche para chequear el correo o las redes sociales cada vez que nos llega una notificación, etc. Es un cambio en la conducta y en los hábitos que a la larga, trae como consecuencia estrés, insomnio, falta de concentración, problemas cognitivos, carencia de productividad, irascibilidad, pesadillas, dolores de cabeza, etc.