El cifrado en las telecomunicaciones se basa en general en una serie de funciones y algoritmos matemáticos que ayudan a autentificar y validar los mensajes y a sus interlocutores, de manera que quien uno dice ser resulte serlo realmente.
Pero esta carrera tecnológica en pro del robustecimiento del cifrado para la seguridad no implica garantías absolutas de privacidad, algo por lo que se preocupa cada vez más el internauta, precisa Miguel Suárez, jefe de estrategia de seguridad en Symantec.
EL PROBLEMA MATEMÁTICO QUE SE VIRALIZA EN REDES
Dado que plataformas como WhatsApp mantienen el control de datos tan importantes como la hora de envío de mensajes del usuario y de los destinatarios no sería descartable que los suministraran en caso de exigencia por parte de autoridades competentes para ello, advierte el experto de G Data.
Persiste asimismo el riesgo de acceso a datos almacenados en el propio terminal por parte de terceros mediante robo de claves del usuario más allá de la comunicación segura, y se insiste en que los dispositivos y las aplicaciones deben ser seguros desde el diseño.
Existen sistemas como SSL Secure Sockets Layer que cifran los datos enviados desde la web y evitan el acceso de los atacantes mientras son mandados. También, páginas con candado verde y “s” del protocolo https:// como garantía de navegación segura y transacciones “online” cifradas.