Pero según personas del entorno de la compañía, Apple quiere acabar con su costumbre de renovar el diseño de su iPhone cada dos años, razón por la que se limitará a introducir pequeños cambios en los modelos que lance al mercado el próximo otoño. Al parecer, los últimos modelos de Apple mantendrán el tamaño de sus actuales pantallas (4,7 y 5,5 pulgadas). Ese es el tamaño de las pantallas más grandes que la firma de la manzana introdujo en 2014 y que repitió en los modelos de otoño de 2015.
El mayor cambio previsto para los modelos de este año es que no tendrán entrada de auriculares, lo que ayudará a que el terminal sea más fino, mejorando además su resistencia al agua. Al parecer, el conector lightning servirá como puerto para cargar el teléfono y conectar los auriculares. Según el analista de KGI Securities, Ming-Chi Kuo, el nuevo iPhone será un milímetro más estrecho que el actual.
Apple planea introducir los mayores cambios para 2017, cuando se cumple el décimo aniversario del primer iPhone. Los cambios incluirían un diodo orgánico de emisión de luz, conocido como OLED, y sustituirían el botón de inicio por un sensor táctil incorporado a la pantalla. Un portavoz de la compañía se negó a realizar comentarios al respecto.
Apple además podría retrasar la llegada del iPhone 7 para 2017 pues buscaría hacer el lanzamiento cuando se cumpla el aniversario de la salida del primer iPhone.
