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Marathón, el triste reflejo del fútbol hondureño en la Champions de Concacaf

Marathón ha caído goleado, una vez más, ante el Santos con un triste global de 11-2.

2019-02-27

La historia se repite otra vez para Honduras. La Liga de Campeones de Concacaf no está hecha para los equipos catrachos porque tropiezan una y otra vez... Y siempre de forma muy dolorosa.

Marathón fue goleado y humillado de la peor forma el pasado miércoles en San Pedro Sula y no aprendió la lección.

A Héctor Vargas se le señaló en la ida de equivocarse en su alineación quitando jugadores que habitualmente eran titulares en la Liga, pero en Torreón los volvió a poner y además colocó una línea de cinco en el fondo para evitar una nueva goleada, pero la historia y el resultado fueron los mismos: Una paliza que deja la imagen del fútbol hondureño por los suelos, el global fue de ¡11-2!

VER RESUMEN DE GOLES DEL SANTOS-MARATHÓN

La diferencia futbolística entre un equipo y otro era claramente notable en el terreno de juego, pero hay situaciones que hacen que esa diferencia se vuelva más grande y que al final son el reflejo de nuestra débil Liga Nacional.

¿Qué situaciones? Jugadores en una condición física deplorable, claramente sin un régimen estricto alimenticio y al final a Marathón lo termina pagando caro, demasiado.

Por ejemplo, la imagen Kevin Espinoza era lamentable y aunque en la Liga Nacional nos acostumbramos a verlo así, a nivel internacional queda evidenciada la enorme diferencia.

Torreón, Coahuila, 27 de Febrero de 2019. , durante el partido de octavos de final partido de vuelta del torneo CONCACAF Liga de Campeones, entre Club Santos Laguna y Marathon, celebrado en Estadio Corona del Territorio Santos Modelo. Foto: Imago7/ Erick Saavedra

Espinoza soportó jugar los 90 minutos, pero la condición física le pasó factura, eso sí, él no es el único responsable de este fracaso.

No alcanzaba a nadie y quedaba retratado cuando intentaba ganarle en velocidad a un santista, también Bryan Martínez que corrió todo el primer tiempo lanzando patadas y sin poder tocar la pelota, Vargas lo entendió y mejor lo sacó porque peligraba una tarjeta roja.

Esta noche el Santos mareó a Marathón con un baile horrible y para su suerte no jugó ni Diego Valdés ni Javier Correa, sino la pesadilla hubiese sido aún peor porque los verdolagas no pudieron dar ni tres pases seguidos y la aproximación más cercana fue un remate de Yustin Arboleda que pasó como a cinco metros de distancia del arco de Acevedo, que por cierto, fue un espectador más.

Además el equipo sampedrano o cualquiera que hubiese participado, también paga caro la lentitud de nuestra Liga Nacional con pérdidas de tiempo innecesarias, haciéndose los lesionados o esperando a que el árbitro pite el final.

Santos a pesar de su enorme diferencia en el marcador no daba un balón por perdido, no hacía tiempo y quiso meterle tres más, eso también lo pagó caro el conjunto de Vargas acostumbrado a otro ritmo.

Marlon 'Machuca' Ramírez apretó en el segundo tiempo, quiso poner en apuros a los difíciles centrales Doria y Nervo, pero sin mayores apuros terminaban robándole la pelota,

Arboleda finalmente se fue de cambio casi al inicio del complemento porque ahora es más importante en Liga que desgastarlo en Champions.

Torreón, Coahuila, 27 de Febrero de 2019. , durante el partido de octavos de final partido de vuelta del torneo CONCACAF Liga de Campeones, entre Club Santos Laguna y Marathon de Honduras, celebrado en Estadio Corona del Territorio Santos Modelo. Foto: Imago7/ Jesus Ruiz

Al final los 11 goles que se 'comió' Marathón también son el reflejo de la clara superioridad de los mexicanos contra toda Centroamérica, que pagan millones de dólares en salarios, mientras Honduras cada mes hay más retrasos y demandas en el TNAF y así es difícil competir a nivel internacional.

Y ojo, no solo le pasa a Marathón porque Motagua se atoró cuatro en el Azteca, Real España seis en Torreón y cinco en Ciudad Universitaria, el Victoria seis en Tijuana y este mismo equipo verdolaga siete en Toluca... Y cada edición la historia se repite, una y otra vez.