Pero esto es fútbol señores. Es pasión desbordada por el único equipo que nos une. El único que provoca que en la cancha abracés y llorés con alguien que nunca habías visto en tu vida. Porque ahí somos hermanos, primos, amantes de la misma camiseta.
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Es que hoy juega la H, esa escuadra que representa a nuestro país de cinco estrellas en el pecho. A la que le exigimos más que al presidente y demás autoridades. A la que seguimos con ilusión, con esperanza, con alegría, a cualquier rincón donde vaya.
Porque estamos ahí en las buenas y en las malas. Porque gritamos, celebramos con el corazón inflado de tanto orgullo, pero muchas veces hemos llorado con el alma rota.
Hoy juega mi selección, tu selección, la selección de todos. A esa que nuestros viejos pudieron ver clasificar al primer Mundial de fútbol en 1982. De la que nuestros viejos recuerdan y alardean por aquel Chelato, Gilberto, Villegas, Costly, Pecho, Bulnes, 'Macho' Figueroa y todos esos héroes que enamoraron al país para siempre.
Esa selección que tardó más de dos décadas para volver a una Mundial. De la que decíamos que era la mejor de todas, pero nunca ganó nada. Pero vos y yo, siempre estuvimos ahí. Saliendo del estadio con las manos vacías y volviendo con la ilusión de siempre. Porque ese amor es interminable. Esa relación con la H es para siempre.
Esa selección que a vos y a mí, nos regaló una de las alegrías más grandes de la vida. Porque en el 2010 jugamos nuestra segunda Copa del Mundo y cuatro años más tarde también pudimos ver a nuestra bandera volar por los cielos en Brasil 2014.
La Selección Nacional juega hoy, contra Ecuador, en New Jersey, con nuestra gente que nunca la abandona cada vez que toca suelo norteamericano.
Hoy juega la H y con mi camiseta blanca puesta, nuevamente estoy feliz, ilusionado y con mi pasión intacta por este amor que durará hasta que Dios quiera.
