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Orlando Ponce: 'Lo de Vargas y Diego es un buen caldo para entretener y generar tensiones'

El periodista deportivo hace un análisis de la guerra de palabras entre ambos técnicos cada vez que sus equipos se enfrentan.

2019-05-17

En los últimos años los partidos de los equipos que dirigen Diego Vázquez y Héctor Vargas se han convertido en campos de batalla, atizado el fuego por el mediatismo que ha encontrado en los dos argentinos, un buen caldo para entretener y generar tensiones hasta desmedidas entre los diferentes actores.

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Este sábado en el temible Yankel Rosenthal, uno de los dos técnicos cargará con la clasificación a la final y el otro con el fracaso de quedarse fuera de la instancia decisiva. Con la ventaja de los azules que después de haber ganado 2-0 el primer round, pueden hasta perder por un gol de diferencia, pero el ambiente que les espera a los capitanos será de un matizado 'infierno'.

En mi labor de reportero me tocó ver a Vargas llegar allá por 1997 para dirigir a la Universidad y a Diego por ese mismo tiempo como jugador al Motagua, ambos cargando sendas mochilas y desconocidos por estos lados.

Vargas anduvo de aventura en aventura por varios equipos chicos y de nivel intermedio hasta que el Olimpia, a petición del licenciado Rafael Ferrari, quien le abrió las puertas en un grande y lo mantuvo para que ganará tres estrellas de Liga con el Albo.

Diego por su parte, se forjó como portero en el Motagua, en una brillante época de los azules y sin haber dirigido a ningún equipo en su país ni en otro lugar, su gestión por más de cinco años ha sido exitosa a nivel local.

Los dos adiestradores se caracterizan por su egocentrismo, soberbia, prepotencia, paranoia, megalomanía entre otros rasgos, lo que provoca que se disparen con frases o declaraciones ofensivas para los rivales, más en el de León de Formosa.

Foto: Diez

Diego Vázquez en declaraciones previo a su viaje a San Pedro Sula para enfrentar a Marathón.

Los dos sin excepción tiene una fijación en contra de los árbitros y del entorno periodístico que no los favorece y usan muchas artimañas sudamericanas para perjudicar a sus oponentes.

Con el mendocino se ha vuelto en Honduras al folclorismo de la sal y azúcar, quien dicen usa para generarle mala suerte a sus opositores y con brujerías tener mejores resultados.

Ambos entrenadores han demostrado, Diego en el Motagua y Vargas con Olimpia y Marathón que dominan la Liga Nacional, en perjuicio de los entrenadores hondureños que se han quedado relegados.

Es lamentables que los acontecimientos del domingo pasado, han dejado castigos para Bodden, Castellanos, Caue y para el Motagua como institución con una multa de 90 mil lempiras, punto y aparte la irrisoria multa de 5 mil lempiras para el argentino Matías Galvaliz por sus gestos obscenos, han elevado peligrosamente la temperatura para el partido de vuelta.

Y es que Vargas tiene una gran desventaja, en el duelo de vuelta, debe ganar por dos goles de diferencia, acude a toda su maquinaria de manipulación, teniendo como instrumento a varios tontos útiles en la ciudad de los zorzales.

Las medidas extremas que ha tomado el Marathón, como vetar a la afición del Motagua para que no pueda ingresar al b, resultan radicales e impopulares y asoman como un signo de debilidad deportiva.

Foto: Diez

Héctor Vargas en declaraciones en la sede del equipo verde antes del entrenamiento.

El Marathón estoy convencido que tiene los argumentos futbolísticos para hacer la remontada ante el Motagua y en una cancha donde el verde se ha mostrado por tradición muy sólido, sin caer en la desesperación ni en la hostilidad para el rival.

Basta decir que las medidas de seguridad deber ser excepcionales, puesto que el partido de Águilas y Esmeraldas es de altísimo riesgo, gran desafío para la policía y las Fuerzas Armadas para repeler cualquier ataque contra inadaptados.

Muy atento a este partido estará el Olimpia, virtual clasificado a la final, después del 3-1 en la ida contra la UPM, al que el domingo buscará vencer nuevamente. Y porque muy pendiente del desenlace del Yankel, se hace que el bigotón Keosseián prefiere al Marathón que al Motagua en la final y las razones sobran.