Muchas cosas que cambiar desde la manera que se forman nuestros jugadores hasta donde juegan. Entendiendo que este juego, llamado fútbol, si se lleva bien es un constante proceso de aprendizaje en el cual el cerebro necesita de estímulos que le emocionen para poder aprender.
Enfoquemos nuestras fuerza en dejar que el niño que se forma, se divierta, se enamore del juego, se emocione para poder aprender, sienta la necesidad imperiosa de crear una relación con la pelota y la única forma que pase eso, es dejando al niño jugar a la pelota, que aprenda jugando, sí, jugando.
Honduras ha vuelto a quedar mal parada en un mundial juvenil, también le pasa en mundiales mayores.
Al jugador hay que darle el balón, crearle un contexto favorable para que el juego se convierta en ese proceso de continuo de aprendizaje. Le queremos llenar a los jóvenes, en muchos casos, de información táctica, cuando esa misma se da cuando ellos se relacionan con los elementos del juego; principalmente el balón.
Nuestras diferencias con otros países no se dan por la ausencia de trabajo físico, es por la extrema carencia de trabajos técnicos. La técnica se adquiere jugando, “El Aprendizaje Espontáneo” como lo ha diagnosticado el profesor Rubén Rossi, que trabaja desde hace mucho tiempo con equipo infantiles y juveniles en Argentina.
Actualmente Honduras cuenta con muy pocas canchas aptas para el desarrollo del fútbol menor.
SOBRE EL AUTOR
Gaspar Vallecillo Castro
Estudiante de Literatura • Entrenador de Fútbol