El fútbol hizo a muchos hondureños convertirse en seguidores del Cádiz, a un periodista británico como Michael Robinson enamorarse del club gaditano y a un salvadoreño figurar como máximo ídolo en el Estadio Ramón de Carranza. Pocos deportes tan universales como el fútbol, que nos abraza y nos enseña a convivir en armonía aun con nuestras diferencias.
Sirva este ascenso del Cádiz para darle la importancia que se merece a su ariete, a su jugador diferencial en ataque, al futbolista que más decisivo fue luego del parón futbolístico; Antony Lozano. Jugador hondureño, delantero que sabe de lo que va el juego.
Se han publicado el promedio de sus goles, no vale mencionarlos, porque Lozano es mucho más que estadísticas. Invita a sus compañeros a jugar, eso para un delantero, es una característica que contribuye al equipo, en un fútbol como el español, lleno de matices posicionales, saber como ubicarse en el campo y como perfilarse para recibir el balón, eso es un valor determinante.
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El club gaditano le ha brindado la confianza total, tres temporadas más, con veintisiete años y en la plenitud de su momento futbolístico; asciende a primera división en un gran momento. La vida fue tan caprichosa que decidió que el Cádiz iba a ascender sin jugar y un 12 de Julio fecha de cumpleaños de Michael Robinson, reconocido periodista; seguidor del Cádiz Club de Fútbol.
“Las cosas van mal, pero la gente tiene un duende especial”