La Comisión de Arbitraje destinó una ayuda de más de 200 mil lempiras para todo el gremio, pero esto es nada comparado con lo caro de la vida. Algunos silbantes que hablaron DIEZ explicaron que algunos apenas les tocarán 500 lempiras de ese dinero; pues la prioridad son los colegiados que pitan en la Liga de Ascenso.
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“Hay muchos que tenemos nuestro trabajo, tenemos cómo vivir; pero hay unos que viven solo del árbitro. Aquí es complicado ser silbante y lo peor que muchos compañeros que viven de esto y por ahora están haciendo malabares”, comentó uno de los silbantes de experiencia que habló con DIEZ para contar su experiencia.
Son pocos los que son profesionales en primera división y tienen sus trabajos. Con la donación del colegio de árbitros será repartido 1000 lempiras los de primera división, 1000 a cada filial para que reparta entre los afiliados donde sería complicado porque algunas tienen muchos jueces.
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Algunos jueces han estado de acuerdo que se haya suspendido el torneo, pues la seguridad en salud es lo primordial. “Hay que vernos como árbitro, persona como padre. Mi recomendación es que no se reanude el torneo por cómo está creciendo la pandemia del coronavirus”, dijo horas antes de la decisión de la Liga de anular el torneo el silbante Nelson Salgado.
Salgado siempre estuvo de acuerdo en que “no se arriesgue a nadie y que más adelante dar el tiempo que las autoridades de salud como Sinager recomienden en qué momento y qué condiciones volvemos a jugar”, explicó Nelson Salgado en Radio Internacional.
Otro de los jueces explicó que los miembros de la Comisión de Arbitraje de Fenafuth están gestionando ver de qué forma se les ayuda a los silbantes que en estos momentos no tienen ingresos de dinero. “Ese es el trabajo que están haciendo el ingeniero Óscar Velásquez y Benigno Pineda para ayudar a los compañeros”, explicó el juez.
Algunos como el talangueño Óscar Moncada, por ahora está en su pueblo natal, Talanga, Francisco Morazán, colaborando con su gente en la lucha contra el coronavirus. Junto a su hermano, Mario Moncada, con una bomba en la espalda, fumigan la entrada de vehículos en la zona y algunos comercios.