La teniente, la observadora, el héroe y la coqueta, auténticos y talentosos, así se desarrolló la fiesta esta tarde en Comayagua

Más allá de que Ángel Tejeda vuelve a ser el salvador en instancias finales, las gradas del Carlos Miranda de Comayagua se convirtió en un verdadero carnaval.

Una foto para recordar que estuvieron en el Carlos Miranda apoyando al equipo de sus amores: Motagua.

Los familiares de los jugadores siempre están en las gradas apoyando a los suyos, esta vez en Comayagua no fue la excepción.

La más deseada también fue presentada previo al juego donde Motagua se convirtió en el primer finalista del Apertura al vencer 2- 1 al Victoria.

Con mucho orgullo este grupo de aficionados posaron previo al juego donde Motagua nuevamente vuelve a clasificar a una final.

Esta guapísima motagüense fue de las aficionadas que más captó miradas en el Carlos Miranda de Comayagua.

Es lo lindo del fútbol, en Comayagua los niños la pasan de forma extraordinaria en el estadio, sus rostros lo dicen todo.

De esas miradas que dicen tanto, por supuesto, esta belleza hizo de su estadía todo un atractivo para los seguidores en las gradas.

Virginia Varela, la esposa de Emilio Izaguirre acompaña al Director Deportivo del Motagua en cada juego del Ciclón.

Ojo, algo no está saliendo bien, seguro Motagua es el culpable de que esa sonrisa nunca se manifestara en ese rostro tan hermoso.

Una mamá feliz en el Carlos Miranda de Comayagua; sin duda los nenes la pasaron de maravilla esta tarde.

¡Upa!, una celebración en boxer que no pasó desapercibida por los cámaras de DIEZ. Momentos de celebración de Ángel Tejeda, quien anotó el gol del triunfo ante Victoria, un resultado que los catapulta a otra final.

Los que nunca abandonan hicieron de Carlos Miranda de Comayagua una fiesta redonda, pues su amado Ciclón clasificó a la segunda final consecutiva.

Marlon Licona, el portero del Motagua no pudo evitar que el centrar Armando Castro lo pintara de amarillo.

Roberto Moreira, a los 42 minutos, el paraguayo marcaba el camino a la final, un gol que ponía más cuesta arriba al equipo ceibeño.