Liga Nacional

La conmovedora historia de Ian Osorio, jugador del Platense

El mediocampista de 26 años contó lo que pasó hasta ser futbolista profesional.

2012-08-26

Ian Osorio es una cara conocida en la banda del Platense. Nacido en Tegucigalpita, Omoa, Cortés, tiene raíces muy humildes y una historia que nos hace entender sus fuertes entradas en el campo de juego...

“Mi vida ha sido muy dolorosa y triste, a la edad de dos años perdí a mi padre”, fue su primera frase de esta conmovedora historia.

“Lo asesinaron después de ver un partido entre Real España y Olimpia en San Pedro Sula”. Su mamá Glenda Gordon los dejó “cuando yo tenía tres años para emigrar a Estados Unidos”. No regresó por Ian, ahora con 26 años de edad, y sus cuatro hermanos.

Quedó a cargo de Zoila Merren, su abuela, hasta los 10 años de edad. Luego decidieron viajar a La Ceiba. Ian se quedó solo nuevamente para cumplir sus anhelos con el balón, fue adoptado por doña Gloria Palencia para que siguiera en Omoa. “Es mi madre, ella me enseñó mucho”, nos cuenta.

Osorio comenzó a dar su primeros pasos en el club deportivo Milán de Tegucigalpita, jugó en ese club hasta que llegó a Platense en 2008 cuando el entrenador Nahúm Espinoza le dio la oportunidad de debutar después de esperar con los técnicos Héctor Vargas y Roque Alfaro.

Fue recomendado por el ex goleador Dolmo Flores a Hermelindo Cantarero, caza talentos del cuadro de Puerto Cortés. Tuvieron que pasar 15 años para volver a comunicarse con su progenitora, la tecnología los volvió a unir.

“Nunca tuve a un padre o madre, me hizo falta sentir el calor de ellos, eso me enseñó a formar mi carácter”, manifestó con mucho dolor el recio volante. El Internet no ha sido suficiente.

SU PASIÓN SIEMPRE FUE LA PELOTA

Desde los cinco años de edad el fútbol corre por sus venas. “Para poder jugar tuve que hacer un gran esfuerzo, trabajé para comprar mis tacos. Estudiaba y entrenaba al mismo tiempo. Luego tuve que tomar una decisión y me decidí por mi pasión, el balón”, comentó el lateral derecho de los selacios.

“No tengo ningún rencor hacia mi madre, si ella se fue es porque tuvo sus motivos...”, suspira. “La primera vez que hablé con mi mamá le pregunté por qué nos había dejado, pero luego entendí que es un ser humano, sabe lo que hace. No conozco a mi madre en persona, solo por foto”.

Y nos habla de otra aspiración. “Trataré de conseguir mi visa (para ingresar a Estados Unidos) porque quiero abrazarla y decirle lo mucho que la amo”, afirmó con mucha nostalgia Osorio.