Liga Nacional

Francisco 'Pancho' Ramírez ahora se gana la vida 'potreando'

'Pancho Ra' ahora vive en Amapala, alejado de todo lo que tiene que ver con el fútbol profesional.

2015-07-28

Quién no recuerda a ese letal delantero que salió desde Amapala, Valle, hacia Tegucigalpa a triunfar con el Motagua de Ramón Maradiaga en los finales de los 90's.

El Kiki Martínez se trasladó hasta Amapala para encontrarse con su viejo amigo, el alero del Área Chica.

LAS MEJORES FOTOGRAFÍAS DE PANCHO RA

En su lugar, Pancho Ra nos platicó todo lo que pasó como futbolista, desde su debut, hasta su retiro, mismo que fue obligado a hacerlo producto de una lesión en su rodilla.

LA ENTREVISTA:

¿Cómo fue tu niñez en Amapala?
Mi niñez en Amapala fue muy difícil, todo fue muy complicado para mi familia porque éramos muy humildes y muy pobres, gracias a Dios el tiempo nos lo dio todo. En mi caso, yo trabajaba de seis de la mañana hasta las cinco de la tarde.

¿En qué trabajabas?
Agarraba pala y piocha y trabajaba todo el día en las calles haciendo hoyos. Después, a las seis de la tarde tomaba todos mis implementos de pesca para irme a pescar desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana, luego volvía a agarrar mi pala y mi piocha y me iba a seguir laborando.

Foto: Diez



¿Quiénes son tus padres?
Mi papá ya murió, falleció por una cirrosis, ya que bebía mucho. Mi mamá, gracias a Dios, está con vida con 56 años. Tengo dos hermanos, uno de 19 y otro de 30 años. Gracias a Dios somos una familia muy unida y eso es lo importante, gracias al fútbol logré sacarlos adelante con lo poco que se ganaba años atrás.

¿Cómo fueron tus inicios en Amapala?
Mirá, Jairo, recordando todo, yo empecé en la escuela con la selección del San Rafael de las Mataras en Amapala, ahí pasé toda mi infancia, jugando con la selección de la escuela hasta sexto grado. Recuerdo que jugaba chuña porque no me gustaban los tacos, una vez me pusieron un par y lo que hice fue quitármelos cuando íbamos perdiendo un partido por 3-0 contra la escuela Manuel Bonilla, recuerdo que era todo un clásico. Pero ellos sabían que yo era el goleador de mi equipo, ese día anoté cuatro goles y terminamos ganando el partido 4-3. Y jugando chuña, tuve que quitarme los tacos y tirarlos al otro lado de la cancha para seguir en el partido, de lo contrario íbamos a perder.

Foto: Diez



¿Qué pasa que no salen más futbolistas de esta zona, Pancho?
Mirá, el problema hoy en día de la juventud es que la mayoría está dedicada a las drogas y al alcohol. Yo te voy a hablar sincero, yo tengo conectes con la gente de Platense y a mí nada me cuesta llevarme unos dos o tres jugadores, pero la mayoría de los futbolistas en Amapala se han tirado a la perdición, a todo lo que es el alcohol y las drogas, cosas que a uno de jugador no lo llevan a nada bueno. Para eso uno tiene que analizar y pensar bien las cosas antes de actuar y recomendar a un jugador de mal nivel en el aspecto de que no se van a dedicar a lo que nosotros hacíamos años atrás; jugar, trabajar, esforzarse al máximo en cada entrenamiento, a cada hora y a cada minuto. Ellos no lo van a hacer porque ya tienen una mentalidad negativa.

MIRÁ CÓMO LUCÍA AÑOS ATRÁS FRANCISCO RAMÍREZ

¿En qué momento te dijeron “Pancho, vas para Motagua, alistá maletas”?
Había un licenciado aquí que se llamaba Mario García y que trajo a las reservas de Motagua a jugar a Amapala, entre ellos estaba “Cocli” Salgado. Hicieron una selección con todos los mejores jugadores de Amapala y en esa lista de nombres agarré la computadora como diríamos nosotros antes. Esa vez perdimos 4-2 y fui yo quien les anoté los dos goles, así surgió la posibilidad de ir a probarme a Motagua reservas con Cocli Salgado, quien habló con el licenciado que había llevado a las reservas de Motagua, que en ese entonces era el equipo que jugaba en segunda.

Foto: Diez



¿Luego qué pasó?
Así me fui a Tegucigalpa recomendado por el licenciado Mario García, eso es lo que uno a veces mira, analiza y se fija que si fuera en los tiempos de ahora sería mucho más fácil. Antes eran 400 o 500 jugadores que llegaban a hacer prueba a una institución como Motagua, que era uno de los semilleros de primera división. Cada día uno tenía que entregarse al máximo en los entrenamientos y en los colectivos, todos los días eran al menos cien jugadores que se iban sin el sueño de estar en la institución. Yo siempre tuve la mentalidad y el deseo de quedarme y gracias a Dios se me dio la oportunidad de estar entre los 30 jugadores que Cocli Salgado escogió para jugar en segunda división.

¿Qué tan dura fue esa formación para llegar al primer equipo?
Lo primero, siempre fue la familia, dejarlos era lo más duro; mirar al frente hacia una nueva ilusión y una nueva etapa de la vida y dejar atrás a la familia es lo más difícil para todo futbolista, pero para lograr algo importante uno tiene que arriesgar todo, y esa era la mentalidad que yo llevaba, lograr algo productivo en la vida para mis familiares. Uno tiene que esforzarse, entrenar día a día, entregarse al máximo y pensar siempre que lo que uno iba a hacer era para el bienestar de ellos.

¿Cómo fue el día de tu debut?
El estreno se me da en el momento que nosotros estamos peleando un ascenso contra el Deportes Savio. En ese momento, el ‘Che’ Altamirano llevaba el equipo, nosotros ganamos en Tegucigalpa 3-0. Yo jugaba en la delantera con Carlos Muñoz y al siguiente fin de semana nos tocó ir a Santa Rosa de Copán a jugar un partido donde nos empataron la serie y nos fuimos a penales. A mí me tocó hacer el penal de primero y lo fallé, al final perdimos y todos estaban llorando, yo estaba molesto conmigo mismo. Recuerdo que “Chito” Reyes estaba viendo ese partido en Copán y el ‘Che’ Altamirano me consolaba y me decía que no me preocupara, que lo mejor estaba por llegar, como si sabía algo de lo que iba a surgir. Regresamos a las cuatro de la mañana a Tegucigalpa, yo vivía en la sede del club y como a las nueve de la mañana me bañé, agarré maletas, me fui a la oficina a despedirme de Juan Esteban y en ese momento estaba el profesor Primitivo Maradiaga leyendo un periódico, yo venía con mis maletas hechas porque tenía la idea de venirme a vacacionar a Amapala después de finalizar el campeonato de segunda. Al momento de despedirme del profe, él levantó la vista y me preguntó: ¿Para dónde vas?, yo le dije que me venía a Amapala a ver a la familia y me dice: No, quedate entrenando con primera, e inmediatamente él le pidió a “Tateban” que me diera todos los implementos.

Foto: Diez



¿Después qué sucedió?
Ahí me regresé con las maletas al cuarto de la sede y al día siguiente empecé a entrenar con el primer equipo. La verdad me sentí bastante alegre, motivado y con ganas de seguir haciendo bien las cosas porque esa era la mentalidad que yo llevaba cuando salí de Amapala, buscando una mejor vida para mi familia y gracias a Dios se me dio la oportunidad de estar en primera. Recuerdo que después nos fuimos para Danlí y mi nombre estaba en la lista de jugadores convocados, jugamos un colectivo con una selección, Hugo Caballero jugaba en ese equipo y le metí dos goles jugando como titular. Un miércoles regresamos de Danlí, el profesor nos dio el día libre y en la tarde salimos a concentrarnos en Tela, hicimos un entrenamiento táctico y luego el sábado 15 de julio jugamos la final contra Real España.

¿Te imaginaste un debut así?
La verdad que no, cuando él dio el nombre de los 18 jugadores convocados yo di gracias Dios por dar ese paso y pensé que ya solo me faltaba salir a jugar y darlo todo por demostrar lo que tenía. Cuando el profesor Maradiaga estaba dando la alineación y menciona mi nombre entre los once jugadores titulares, me asombré y pensé que me había llegado la oportunidad y que no la podía desaprovechar, que tenía que mentalizarme y hacer bien las cosas.

ESTE ERA EL LOOK QUE USABA EN EL DUNDEE UNITED DE ESCOCIA

¿Fue especial esa final?
Sí, uno como futbolista siempre toma todos esos momentos como un gran recuerdo. Debutar y anotar en una final, hay gente que piensa que yo me estrené en Tegucigalpa, pero yo debuté en San Pedro Sula en una final contra el Real España, anotando el primer gol al “Chocolate” Flores. Recuerdo que Marlon Hernández hizo un tiro al marco y el “Chocolate” la quiso arropar con los brazos, pero la pelota le rebotó y me la dejó en bandeja para anotar el gol con la cabeza. Ese partido lo ganamos 3-0 con goles de Amado Guevara y Óscar, el mentado “Loco” Lagos.

Foto: Diez



¿Y el gol de Tegucigalpa?
Esa fue la historia más grande, Jairo, no sé si vos te acordás que el profesor Primitivo Maradiaga hizo un espacio reducido poniendo cintas tanto en el equipo contrario como en el titular, ahí él me sacó y te metió a vos entre los titulares. Yo salí triste y molesto porque pensé que venía de meter un gol en San Pedro y me estaba sacando del cuadro titular. Como te digo, en esos momentos de novatez uno no sabe que debe pensar bien las cosas primero, pero aún así yo no sé quién fue el que me dijo que iba de titular el sábado y esperamos el fin de semana, ahí el profesor ya hizo el cuadro titular y vi que iba a entrar a jugar el partido dentro de los once al verme en la pizarra donde él daba las indicaciones. Me di cuenta que tendría mi tercera oportunidad luego de la primera que tuve al entrar al equipo de segunda y la siguiente fue cuando jugué en la final en San Pedro, por lo que no podía desaprovecharla, ya que estaba la posibilidad de jugar en Tegucigalpa con toda la gente de Motagua que tenía ese sueño de ser campeón.

¿Quizás fue ese uno de los mejores goles que metiste?
Sí, para mí ese fue uno de los grandes goles que quedarán en mi mente y en el recuerdo de toda mi vida mientras yo esté en este mundo. Ese es el gol que jamás voy a olvidar en mi vida, mi familia también recuerda siempre esa anotación y no digamos la afición que ese día llenó el estadio y se sintió motagüense de corazón.

LA CARRERA DE PANCHO RAMÍREZ RESUMIDO EN FOTOGRAFÍAS

¿Qué tan especial es ganar estos torneos con Motagua?
Es muy importante, porque creo que uno en ese momento está ganando prestigio, confianza e incluso hasta una posible opción de llegar a militar en un equipo en el extranjero. Todas esas son grandes motivaciones al lograr un campeonato, no digamos un bicampeonato, algo que gané en la misma temporada. Creo que eso siempre va a ser muy importante para un futbolista, tener esa satisfacción de ser siempre campeón y levantar esa copa.

¿Y de aquí en Honduras, quiénes te apoyaron?
Siempre hay personas que lo apoyan a uno, pero en ese momento quien me daba consejo era don Tateban, alguien a quien aprecio mucho porque siempre me apoyaba y me decía que mantuviera una mentalidad positiva, la frente en alto y que hiciera bien las cosas porque el profesor confiaba en mí. Todas esas cosas te transmiten una buena actitud. El mismo profesor Maradiaga confiaba en mí, que es lo más importante, que el entrenador te dé la confianza y te diga: “Jairo, entrá a jugar y hacé lo que vos sabés hacer, no tenés que demostrarle nada a nadie, solo demostrarte a vos mismo tu capacidad y verás que todo te va a salir bien”. Yo llevaba una mente diferente a la de los jugadores que hay actualmente en el fútbol hondureño, que entran al campo y ya van modelando o se ponen la camisa para que digan que soy de Motagua, de Olimpia, de España. Por eso nuestro fútbol ha decaído.

Foto: Diez

¿Te acordás del Mambo “Number Five”?
Sí, la canción de Motagua. Hay personas que todavía me la ponen ahí en el celular y me trae muy buenos recuerdos que no se me van a olvidar por todo lo que me dejó el fútbol y por lo que hice mientras jugué.

¿Qué te dejó el fútbol?
Lo que me dejó el fútbol fue más que todo recuerdos, amistades, campeonatos. Han habido personas que han tenido que dejar a sus familias por irse a jugar lejos, yo siempre tuve a la mía muy cerca apoyándome y animándome y eso es lo más importante. El fútbol hondureño me dejó muchas satisfacciones jugando más que todo para Motagua y Platense, que fue donde conseguí mis logros más importantes. Les tengo mucho aprecio a sus directivas y a Pedrito también, a don Pedro que en paz descanse y que lo logré conocer.

¿Cuál fue tu mejor salario en el fútbol?
El mejor salario, si te digo que fue en Marathón sería una mentira. Cuando yo estaba en Motagua ganaba 25 mil lempiras al mes, cuando llegué a Platense por primera vez me daban 35 mil. Cuando llegué a Marathón iba por el mínimo de 60 mil lempiras, pero en ese entonces nos lo daban dividido en quincenas o incluso nos quedaban debiendo todavía, “esperá tal día, esperá tal día”, y el día nunca llegaba. Si vos vas a un equipo a rendir es porque te van a cumplir también en el aspecto económico, y si vos vas y no te pagan un mes o dos meses, vos no vas a rendir porque estás pensando que tenés que ir a pagar apartamento, comida, ropa para los hijos, darle a la esposa y ya no estás bien mentalizado en lo que querés hacer dentro del terreno de juego.

Foto: Diez



¿En qué estás trabajando?
En estos momentos no tengo trabajo, solo estoy viniendo a jugar a Choluteca. Aunque siempre es un trabajo andar corriendo detrás de ese cuero y gracias a Dios en ese sentido no tengo ningún problema. Yo vengo de Amapala a jugar, a veces viajo tres días antes porque el dueño del equipo es una gran persona y le da el apoyo a uno. Entonces por los momentos solo me dedico a jugar y cuando estoy en Amapala salgo con mi hermano a quemarme un poco con el sol y me voy a pescar, algo que siempre hago para relajarme mientras estoy con los demás pescadores gritando y ‘charreando’.

¿Cómo es la vida en Amapala?
Es una vida hermosa y tranquila. El único problema grande ahí en Amapala es la falta de fuentes de trabajo y eso es algo que cualquiera te puede decir. No hay trabajo y la mayoría de la gente ahí siembra milpas, sandías, o se dedica a la pescadería. Aparte de eso, el poco trabajo que hay es solo durante una o dos semanas, luego las personas vuelven a quedar sin trabajo. Gracias a Dios mi familia lleva una vida tranquila, con lo poco que hice en el fútbol.

SE PASEA POR LAS CALLES DE AMAPALA COMO UNA ESTRELLA

¿Cómo es Pancho Ra como persona?
Soy una persona tranquila, soy muy campechano, me gusta platicar con la gente y con los amigos, pero si tengo un mal lado que también forma parte de mí. Soy muy colérico también. En ese aspecto yo trato de tener amigos y no enemigos.

Foto: Diez



¿Estás casado, Pancho?
No, yo estoy soltero, ya tengo más de 14 o 15 años de haberme separado de la mamá de mis niñas pero siempre mantenemos comunicación por nuestras hijas.

¿Cuántas hijas tenés?
Son cinco y todas son hembras, tuve cuatro con la misma muchacha y tengo una hija en Cortés que ya está grande.

¡Te acaban de hacer abuelo!
Si, el martes por la noche dio a luz mi hija mayor de veinte años y actualmente estoy esperando un segundo nieto de mi cuarta hija que tiene quince años y que me la robaron estando en el colegio.

TRAS ESTA ENTREVISTA; ESTO SUCEDIÓ CON PANCHO RA:

* Entrena al Mar Azul de Cedeño, que milita en la Liga de Monjarás.

* Juega ahora en la Liga de Veteranos de Choluteca, donde lleva tres años como máximo goleador.

Foto: Diez